Una segunda vuelta aciaga en medio de la
inestabilidad deportiva e institucional motivó
el regreso a tercera del conjunto blanquiazul.
La sombra de Tejero divide a la afición y sigue
generando incertidumbre, a pesar de la buena
marcha del equipo.
El
año 2015 comenzaba con el Real Avilés en quinta
posición del Grupo I de Segunda B, con Josu
Uribe sacando el máximo partido a un grupo
prácticamente nuevo y con los jugadores
enchufados pese a la vorágine institucional del
último trimestre del año anterior.
No tardó ni una
semana el entrenador gijonés en encender la
mecha con una
incendiaria rueda de prensa tras la derrota
en el primer partido del año ante el Compostela,
Uribe mando recados a los anteriores gestores y
a los nuevos, aunque en una
nueva comparecencia ante los medios el día de
Reyes se echó para atrás, viendo reforzado
su ego al sentir el apoyo de la afición en su
lucha contra los elementos.
El regreso de
Ito y Álex Arias ilusionó a técnico,
jugadores y afición, junto a ellos se produjeron
numerosas altas y bajas, con caras nuevas
procedentes incluso de fuera de España y el
equipo se convirtió, según algunos, en una
especie de ONU. El equipo gestor con John
Clarkson al frente, fue percatándose poco a poco
de todos los problemas extradeportivos
pendientes, recortando gastos en diferentes
áreas pero recurriendo al mercado para retocar
un grupo al que el exceso de movimientos no le
iba a sentar nada bien.
Una racha de
diez partidos sin ganar puso fin a la etapa de
Josu Uribe en el conjunto avilesino, el
técnico era cesado a primeros de marzo tras la
derrota en Logroño y se optó por un sustituto de
un perfil completamente opuesto,
Ismael Díaz Galán. El relevo en el banquillo
no surtió el efecto deseado y el avilesino no
duró ni un mes al frente del equipo, tras sumar
tres de los doce puntos posibles en los cuatro
partidos que dirigió. A
José Manuel Barla, que vino para ser
director deportivo, le terminó cayendo el
“marrón” de terminar la temporada como
entrenador, aunque Clarkson no pudo resistirse y
se enfundó el chándal para participar en los
entrenamientos como ayudante.
Con el equipo
en caída libre y sin rumbo, llegó la esperada
cita de la penúltima jornada, los blanquiazules
recibían al ya descendido Tropezón y una
victoria aseguraría la permanencia, pero tras
una actuación esperpéntica
los locales cayeron por 1-3, en un partido
que quedará marcado por los rumores sobre las
apuestas de varios jugadores y la supuesta
oferta de los cántabros al descanso para
levantar el pie que no tuvo respuesta afirmativa
por parte avilesina.
El
Avilés no había sumado un solo punto fuera de
casa en toda la segunda vuelta y en la última
jornada en Santiago pocos confiaban en romper la
racha,
una clara derrota por 3-1 dejó al equipo
realavilesino en el puesto de promoción, con 43
puntos (31 en la primera vuelta y 12 en la
segunda). El Eldense alicantino fue el rival en
la eliminatoria definitiva, que dejó sentenciada
en la primera mitad del
partido de ida en el Suárez Puerta; una
severa derrota de la que el Avilés no se pudo
recuperar en Elda, donde certificó su
descenso a tercera tres años después. Triste
final para una temporada caótica dentro y fuera
del campo; en la que participaron 33
futbolistas.
Lo
extradeportivo tampoco terminó bien, a finales
de Enero se firmaba un acuerdo para dos campañas
que otorgaba plenos poderes de gestión a John
Clarkson, con el máximo accionista al margen,
pero
el empresario escocés renunció nada más
concluir la competición, a la vista de los
obstáculos económicos que hacían inviable una
gestión acorde con sus planes.
Durante el
verano el club se vio inmerso en un escenario
poco halagüeño: desmantelamiento de la
plantilla, incertidumbre sobre quién tomaría el
mando tanto en los despachos como en el
banquillo y ausencia de movimientos en el
mercado.
Lo más
positivo, el pago de las cantidades adeudadas a
los futbolistas que denunciaron ante la AFE,
evitando así el descenso administrativo el 30 de
junio. En la parte negativa, la sombra de
Tejero, que volvió a lanzar globos sonda sobre
posibles compras y ventas sin aclarar nada sobre
el futuro. Una parte importante de aficionados,
cansada de tanto “culebrón”, acabó decantándose
por un nuevo proyecto basado en el fútbol
popular, el
Avilés Stadium nacía el 17 de junio, la
ruptura en el fútbol avilesino estaba servida.
En
el mes de Julio se disiparon las primeras dudas
con la contratación de
Pablo Lago como nuevo técnico, tras la
negativa de
Xiel por motivos de salud. Además se
presentó una
nueva directiva, integrada por aficionados
que asumieron el importante reto de llevar las
riendas de una entidad en horas bajas. Poco a
poco el Avilés fue recuperando el terreno
perdido con el resto de competidores en tercera
para terminar conformando un bloque corto pero
con muchos jugadores contrastados y plenamente
capacitados para dar un buen rendimiento en la
categoría. Al único jugador con contrato en
vigor tras su cesión al Lealtad, Matías, se
unieron viejos conocidos como Cristian, Juanma o
Josín; veteranos curtidos como Otero, Nacho
Fernández, Pantiga y Guillermo y futbolistas de
fuera de Asturias con cierto renombre como Jorge
Rodríguez, Luismi o Jorge Sáez. Completaron el
plantel Nacho Méndez, Jorge Fidalgo, Borja
Noval, Marcos Torres, Ibón y Dudi, todos ellos
futbolistas polivalentes que en muchos casos se
han visto obligados a jugar en posiciones menos
habituales debido a la escasez de efectivos para
suplir a lesionados y sancionados.
El inicio
liguero en el retorno a tercera ha sido más que
aceptable, con nueve triunfos en diez partidos,
destacando la
victoria en el Hermanos Antuña ante el casi
imbatible Caudal en la tercera jornada. En los
dos últimos meses de competición, los de Pablo
Lago han perdido algo de fuelle como visitantes,
cayendo derrotados en Langreo y Luanco y
cediendo un empate ante el colista “Indus”,
aunque del Suárez Puerta no ha volado ni un solo
punto.
El estilo
implantado por el técnico vegadense no está
siendo especialmente vistoso, pero sí efectivo,
el equipo tiene una pegada superior a muchos de
sus rivales aunque en las últimas fechas se está
notando que falta “gasolina” para afrontar el
segundo tramo de competición con garantías. Es
de esperar que la plantilla se amplíe en las
próximas fechas, aunque tampoco se descarta
alguna salida, todo ello a expensas de lo que
permita la economía y de las oportunidades que
surjan en el mercado.
Con el equipo
segundo y con claras opciones de terminar en
“play off”, sin descartar la pelea por la
primera plaza con el hasta ahora inalcanzable
Caudal, las mayores dudas se centran en el
aspecto económico. Es raro ver más de 500
personas en los partidos de casa y las fuentes
de ingresos son escasas; todo lo que sea ahorrar
es bienvenido y un ejemplo lo tenemos en el
cierre de la grada de José Cueto hasta marzo y
en la fijación de horarios a primerísima hora de
la tarde para aprovechar la luz natural, algo
que ha suscitado opiniones diversas entre los
socios.