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Tremendo fracaso

Miércoles 14 de Junio de 2017
Guillermo Bañó
Fotos: Fierros

Así definía la pasada temporada el asesor del Grupo Carso, Joaquín del Olmo, que prometía unos cambios para la presente campaña que no surtieron efecto.

El ascenso a Primera División es un objetivo, pero afortunadamente ya no es una necesidad. La situación del Real Oviedo es muy distinta a la de los últimos catorce temporadas, en las que buscaba con urgencia el retorno al fútbol profesional, tras pasar una calamitosa etapa en todos los niveles. La llegada del Grupo Carso ha brindado estabilidad institucional, económica y social en un club que era una montaña rusa.

Pero podemos decir que la temporada fue un fracaso, no por haber acabado en la octava posición y fuera de la promoción, a pesar de tener el cuarto presupuesto para nóminas de la categoría. Y es que lo que mal empieza, generalmente peor acaba. La planificación deportiva fue muy deficiente desde el inicio. El cese de Carmelo del Pozo a finales del mes de abril, no vino acompañado de la incorporación inmediata de un nuevo director deportivo. No hubo plan B y la llegada de Martín González, no se produjo hasta finales de junio -después, incluso, de la contratación del entrenador-, a pocas semanas del inicio de la pretemporada, cuando ya tiene que estar perfilada -y lo estaba- prácticamente la planificación de la plantilla. Joaquín del Olmo y César Martín, ex-futbolistas profesionales pero sin experiencia en estas lides, llevaron las riendas hasta la llegada de Fernando Hierro. Un hombre de fútbol, con prestigio internacional, pero sin experiencia como primer entrenador, ni conocimiento de la Segunda División. Un fichaje que sorprendió y creó incertidumbre tras las declaraciones de Joaquín Del Olmo en la rueda de prensa posterior al ridículo ante el Osasuna (0-5), donde anunció que vendría "un técnico de primer nivel" y que tener contrato no sería garantía para continuar en la plantilla. La realidad en el fichaje de Hierro, difiere mucho de lo prometido y respecto a los futbolistas continuaron doce, aunque Borja Gómez -que estuvo lesionado la segunda mitad de la temporada- y Peña, rescindieron su contrato en agosto y diciembre, respectivamente.

A pesar de que el Oviedo tiene el cuarto presupuesto para sueldos, con un incremento superior al 10% respecto a la pasada temporada, no ha aprovechado esta situación. Y ya no vale achacarlo a la herencia del ascenso de Segunda B. Hasta la salida de Peña en el mercado invernal, Hierro contó con tres laterales izquierdos y no dispuso, por ejemplo, de un centrocampista de corte organizador o mediapunta.

La veteranía volvió a ser la tónica general en un plantel muy extenso, a pesar de que Fernando Hierro, en su llegada, anunció que quería una plantilla corta y que miraría del filial. El Oviedo tiene la plantilla más mayor -en edad- de los 42 equipos de Primera y Segunda División, con 27,92 años de media, 1,61 años superior que la media de la categoría de plata. Esto es un indicador de que el Oviedo apuesta por un proyecto cortoplacista, a pesar de que, desde el club, se hablaba de un proyecto de cinco años para recuperar la Primera División. Sí, recuperar, que para algunos parece que lo de la Primera es nuevo en Oviedo y, afortunadamente, no es así. De sus 91 años de historia, el Oviedo jugó 38 en Primera y 34 en Segunda División.

Fernando Hierro, que desde su llegada ha dado muestras de su calidad humana con los aficionados, ha ofrecido dudas desde el inicio, por su falta de experiencia y de conocimiento de la categoría, variando su propuesta y su sistema de juego en varias ocasiones. A excepción de un pequeño tramo donde el Oviedo se mostraba muy sólido defensivamente y aprovechaba su pegada para ganar los partidos, el juego del Oviedo fue pobre y, a pesar de su fortaleza en el Carlos Tartiere, nunca ganó con solvencia, cosa que sí consiguieron sus rivales a domicilio, con sonrojantes goleadas como las de Huesca (4-0), Alcorcón (5-1), Sevilla Atlético (5-3) y Almería (3-0), todas ellas en el ecuador de la temporada.

A nivel de cantera tampoco fue una buena temporada. Ningún equipo azul consiguió proclamarse campeón de Asturias, aunque es cierto que a los equipos de las categorías inferiores no hay que medirlos por los resultados, pero tampoco es menos cierto que si hay calidad y trabajo, los resultados suelen llegar y más dentro de la igualdad que hay entre los dos grandes equipos de la región. Pero yendo más allá, la cantera se trabaja -o así debería ocurrir- con vistas al futuro, con el objetivo de sacar jugadores para el filial antes de dar el salto al primer equipo. Con esta premisa tampoco funcionó el Oviedo, que apenas cuenta con la mitad de la plantilla de su filial de jugadores de su propia cantera. Pero esto tampoco es un indicador de que no se han hecho bien las cosas y sí que el equipo no estuviera ni cerca de clasificarse para la promoción de ascenso a Segunda B (acabó quinto y a nueve puntos del Tuilla), a pesar de superar en presupuesto a todos los equipos de la categoría, a excepción del Real Sporting "B".

El fracaso deportivo, del primer equipo y del filial, podría olvidarse si hubiera sido una buena temporada a nivel de formación y promoción de futbolistas, pero tampoco será así, no habrá jugadores del filial que pasen al primer equipo la próxima temporada, quizá alguno por contrato para hacer la pretemporada, y ya. Lo contrario sería de cara a la galería, como lo de hacer ficha a Héctor Nespral con el primer equipo, para que jugase los siete últimos minutos de la temporada en Elche.

El Grupo Carso, que está consiguiendo estabilidad económica e institucional, está teniendo su talón de aquiles en el plano deportivo. La esperanza para la próxima temporada es confiar en un profesional bien considerado en el panorama nacional como Ángel Martín González, un secretario técnico que conoce bien la categoría y que está llamado a confeccionar un plantel de garantías para el presente y futuro del Real Oviedo que, sin prisa, pero sin pausa, debe construir una base sólida para volver a Primera División con garantías. Y para ello es necesario fichar un entrenador con experiencia y conocimiento de la categoría, que se contrapone a lo elegido por el club azul en las últimas temporadas.


Calero, Ángel Martín González, Alfonso Herrero y Fernando Hierro.

 

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