El riosellano marcó el último gol que sellaba el
ascenso a Primera AF del club de su vida

El Ribadesella
consiguió el ascenso a Primera AF el pasado
domingo en Oreyana con un ambiente espectacular.
Fue un momento muy especial para todos, pero
algo único solo para uno de ellos: Cristian
Cuanda. El riosellano ya tenía tomada la
decisión de dejar el club a final de temporada,
pero no sabía que en su último partido pudiera
vivir el mejor momento de toda su trayectoria en
el fútbol.
Después de 12
temporadas en el fútbol regional con el club de
su vida, el destino le tenía preparada la mejor
despedida posible. Y es que, entrando desde el
banquillo, el segundo balón que tocó lo envió al
fondo de la red para certificar el ascenso a
falta de menos de diez minutos. Aún tres días
después de lo sucedido, “no me lo creo todavía”,
asegura.
Bueno, el
domingo conseguisteis poner la guinda a una gran
temporada…
Sí, ya tocaba
volver a Preferente.
¿Qué
valoración haces de la temporada?
La temporada
fue buenísima. Lo único que falló fue que el
Europa de Nava a última hora fue muy fuerte. La
primera vuelta acabamos líderes de la categoría
y, aunque no lo pudimos aguantar hasta el final,
conseguir subir así en el playoff también
‘presta’, incluso más.
Marcaste el
gol para certificar el ascenso en tu último
partido con el club, ¿qué se siente en un
momento así?
Fue un final de
película, que ni en los mejores guiones puedes
escribir. Llevo 12 años jugando con el
Ribadesella en regional y ya tenía claro que lo
iba a dejar a final de temporada. Tengo dos
niñas pequeñas y el fútbol, y más con esta
gente, es muy profesional dentro de la categoría
en la que estamos, porque entrenamos tres días
más otro de recuperación el lunes y tardaba
muchísimo tiempo. Entonces bueno, qué te voy a
decir, fue una pasada y todavía ni me lo creo.
Había un
ambientazo en el campo, con bengalas y hasta un
tifo, ¿cómo se vivió desde dentro?
Fue increíble.
No hay equipo de Primera División que tenga un
tifo como el que pusieron esta gente del Frente
Sella el domingo, fue una pasada. Yo, cuando lo
vi ahí desde el banquillo porque no salí de
titular, flipé. Además era una sorpresa, no
sabíamos nada. Es increíble que en la séptima
categoría del fútbol haya cosas así.

La fiesta
después habrá sido una locura, ¿no?
Sí, se celebró
bien. Se nos hizo de día, y eso que era domingo.
Fue una pasada, mejor final para mí, imposible,
además metiendo ese gol… Llevo años con
lesiones, dos operaciones de rodilla y una de
tobillo. Al final con todo lo que sufrí y lo que
peleé llegó el día en el que no es todo negativo
y acabar así fue una pasada.
¿Cómo viste
la categoría este año?
Bueno, como
digo yo, cuando llegan los carnavales se decide
un poco quién va a estar arriba y quién abajo.
En febrero se separó un poco lo que es el grupo
de arriba de los de abajo de la tabla, pero la
categoría es complicada porque cualquier equipo
te puede ganar si no tienes el día. Además, no
es nada fácil subir, pero acabamos segundos y
tuvimos la suerte de ganar en el playoff. En el
partido de allí se nos puso muy en contra con un
penalti en contra en los primeros minutos, pero
lo paró nuestro portero. Pero bueno, esos
detalles son los que marcan todo y no es nada
fácil ascender, te lo digo yo que llevo 12 años
jugando y subí tres veces con el Ribadesella,
pero también bajé unas cuantas.
Sabíamos que
dejabas el Ribadesella, pero, por lo que dijiste
de tus hijos y el tiempo, ¿cuelgas las botas?
Sí, lo tengo
decidido. Tenía el gusanillo de volver a jugar,
después de año y medio sin poder hacerlo por las
lesiones y me lo quité este año. Empecé a jugar
en diciembre, caí de buen pie con un gol de
falta nada más entrar y luego me salió todo
redondo, la verdad.
Después de
tantos años aquí, ¿cuál dirías que es el mejor y
el peor recuerdo que tienes?
Creo que el
peor fue cuando bajamos a Primera Regional en mi
primera temporada después de haber debutado en
Tercera siendo juvenil el año anterior. El
Ribadesella venía siendo equipo de Tercera
División durante muchos años, incluso llegando a
Segunda B, y ahí la gente perdió la afición y
fue un año muy complicado. De hecho, el
siguiente año lo jugué en Primera Regional, pero
me fui al Urraca al año siguiente porque quería
algo más serio y estuve ahí dos años. Después
volvimos unos cuantos jugadores y el entrenador
que tenía en el Urraca fichó por el Ribadesella
y fue cuando subimos a Preferente, que fue uno
de los mejores momentos. Pero el mejor, sin
duda, fue el de este domingo, no creo que mucha
gente tenga un final así. Aunque el empate nos
valía, al segundo balón que toco lo meto de
cabeza, no puedes esperar nada mejor, no me lo
creo todavía.
