Padre e hijo
disputaron este fin de semana sus partidos en el Nuevo Carlos Tartiere, el
Racing de Ferrol que dirige Alejandro y el Roces en el que juega Diego.

Diego y Alejandro Menéndez, el sábado en el
aparcamiento interior del Nuevo Carlos Tartiere.
El Nuevo Carlos Tartiere albergó este fin de
semana los partidos del Real Oviedo y del Real
Oviedo Vetusta y, curiosamente, coincidió con la
visita del Racing de Ferrol y del TSK Roces. A
los mandos del conjunto ferrolano está el
gijonés Alejandro Menéndez, que sustituyó hace
unos meses a Cristóbal Parralo para intentar
enderezar la situación del equipo, y en el Roces
milita por sexto año consecutivo Diego Menen.
"Entrar al estadio en autobús,
el vestuario, el campo es un tapete... fue una
pasada"
Es la primera vez que les ocurre esto a padre e
hijo, en un doble partido que acabó con el mismo
resultado: 3-0, aunque Alejandro no se pudo
quedar a ver el partido del domingo, al tener
entrenamiento regenerativo en Ferrol. Para Diego
Menen fue su primera experiencia como sénior en
un estadio así, "aunque en alevines tuve la
suerte de jugar en el Martínez Valero en un
torneo con el Sporting y en juveniles con la
Ponferradina en el campo del Andorra. Para
nosotros fue muy especial porque jugar en un
escenario así te hace sentir un poco futbolista.
Entras al estadio en autobús, el vestuario es
una pasada, el campo es un tapete y no falta
detalle. Fue una pasada".
"El Vetusta sabe aprovechar
sus momentos y tiene 3-4 jugadores que marcan la
diferencia"
Fue el duelo más desigual posible del grupo,
entre el líder y el colista, "jugamos contra
un equipazo, súper completo, manejan casi todos
los aspectos que hay que manejar en Tercera.
Dominaron casi de principio a fin. Lo intentamos
a la contra y en algún córner al principio,
aguantamos todo lo posible y en un córner, en un
error nuestro, se desniveló el partido. Fueron
justos merecedores de la victoria". El
Vetusta estaba a un punto de certificar
matemáticamente su ascenso de categoría y lo
celebró precisamente ante el Roces. Diego Menen
destaca que "no me parecieron un equipo tan
superior como podía ser otros años, pero tienen
una virtud y es que saben aprovechar sus
momentos. Además tienen una plantilla muy buena
y tres-cuatro jugadores arriba que marcan la
diferencia".
"Con la victoria ante el
Titánico hubo alegría, pero tampoco euforia
desmedida. Llega un poco tarde"
Si el Vetusta perdió únicamente un partido en lo
que va de temporada -en la jornada 2 ante el
Covadonga (1-0)-, el Roces ganó el primero la
jornada anterior ante el Titánico (1-0),
"lograr la victoria después de 29 jornadas fue
una alegría, pero tampoco euforia desmedida
porque somos conscientes de la situación, ha
llegado un poco tarde". Menen reconoce que
"las cosas salieron un poco peor de lo
esperado, pero cuando compites con un club como
el Roces en esta categoría sabes un poco lo que
puede pasar. El año pasado nos metemos ahí y
este vamos abajo, pero dentro de la situación
que vivimos el equipo dio todo lo que pudo en el
día a día para competir. Sabíamos que íbamos a
sufrir pero esperábamos estar un poco más en la
pelea"
Quiere sacarse la espinita con
el Roces la próxima temporada
El Roces es un equipo que mantiene el bloque
desde hace años, con muchos jugadores de la
casa. Menen se formó en el Sporting hasta que
salió de Asturias para estudiar fisioterapia,
jugando el último año juvenil con la
Ponferradina y los tres primeros como sénior en
el filial, regresó a Asturias y jugó en el
Colunga una temporada. Desde verano de 2019
lleva en el Roces, donde se encuentra muy a
gusto, a la espera de lo que ocurra la próxima
temporada, "a mí personalmente me gustaría
que siguiera el bloque para intentar hacer un
buen año otra vez y coger sensaciones positivas
para olvidar esta temporada que no fue como nos
gustaría, pero es la duda que se plantea, queda
saber qué van a hacer los compañeros".

