El Oviedo perdió por la mínima en Granada en un partido donde bastó el gol de Lucas Boyé para los nazarís, que no pasaron apuros ante un conjunto azul inofensivo. Un punto de doce y la posición de Javi Calleja se debilita.

El Oviedo está KO. Hoy lo volvió a evidenciar con una nueva derrota -la tercera en los últimos cuatro partidos- y otro nuevo mal partido, a nivel individual y colectivo. Y es que el Oviedo sigue sin generar juego en ataque, atascado en el centro del campo y transmitiendo poco más que aburrimiento y tristeza con su juego. Lo que viene siendo un equipo sin alma, sin garra. Y hoy ya comentó el entrenador en la rueda de prensa que falta actitud.

Con la baja de Fede Viñas por compromisos internacionales, al igual que la de Rahim, Javi Calleja recuperó el 1-4-3-3. Santi Cazorla, De la Hoz, Seoane y Fede Viñas dejaron su sitio a Sibo, Colombatto, Portillo y Hassan.

Los dos equipos llegaban a la cita muy necesitados de puntos y con sus entrenadores en el punto de mira. El Granada después de sumar una victoria en los seis últimos partidos y el Oviedo también en una crisis de juego y resultados. El encuentro comenzó con una ocasión -quizá la más clara de los noventa minutos- para el Oviedo. Centro de Hassan y taconazo de Nacho Vidal, tapando bien el exsportinguista Mariño en el primer palo, para enviar el balón a córner.

Pero fue un espejismo en una primera mitad donde lo único destacable fueron las incursiones de un activo Hassan, que no tenía con quién asociarse, porque Portillo, Chaira y Alemao estuvieron desaparecidos. De hecho, el mediapunta fue sustituido al descanso por Seoane.

Lucas Boyé noquea al Oviedo

Sin ser dominador, ni poner en apuros a Escandell, el Granada generó más sensación de peligro con un incómodo Lucas Boyé, que marcó el único gol del encuentro. El delantero remató con la zurda, en el segundo palo y al primer toque, un centro de Rubén Sánchez desde la línea de fondo. Y es que las incursiones del lateral diestro local fueron un incordio para el Oviedo en la primera mitad.

El Oviedo tuvo algo más posesión, pero volvió a ser inofensivo. Tan sólo un balón suelto que cazó Portillo y puso a prueba a Mariño, que lo atajó sin problemas. El Granada -con muchas críticas de sus aficionados- tampoco expuso mucho y solo Lucas Boyé intimidó a Escandell, que rechazó su remate desde la frontal en el 41'.

Javi Calleja dio entrada a Seoane al descanso y el Oviedo llevó más la iniciativa ante un Granada que dejó hacer, pero que no pasó apuros. Los azules tenían la pelota pero no generaban peligro cerca del área local. Hassan fue el único que lo intentó, con un disparo desde la frontal que salió cruzado por poco, cuando corría el minuto 66.

El Oviedo domina, pero es inofensivo

El técnico azul empezó a mover fichas. Primero retiró a Alemao y Chaira -cuya aportación está siendo muy baja en las últimas jornadas-, para dar entrada a Paraschiv y Moyano. Luego entró Paulino por Hassan. El Oviedo tuvo la pelota y el Granada defendió tan atrás que hubo incertidumbre hasta el final, más por el marcador que por el peligro generado por un pobre Oviedo, que sigue en línea decadente y que, con la imagen y la derrota de hoy, hace saltar ya las alarmas.

A pesar de la derrota, el Oviedo acabará la jornada 32 en la sexta posición. Los azules tienen un punto de ventaja sobre el Almería -que perdió hoy con el Burgos (3-1)- y dos sobre el Granada, a quien ganan el golaveraje. La próxima cita del Oviedo será el domingo (Nuevo Carlos Tartiere - 16:15 h.) ante el Málaga, un partido en el que no podrá participar David Costas, que vio su quinta tarjeta amarilla de la temporada.