El mediapunta
ovetense deja el Condal para embarcarse en su tercera temporada en el fútbol
islandés, de la mano del Vídir.

Mismo club,
misma casa y un país que ya ha dejado de ser
extraño para Dani Beneitez. El mediapunta
ovetense afronta su tercera temporada en el
Knattspyrnufélagið Víðir Garði de Islandia. Un
lugar en el que encajó muy bien tras su primera
experiencia en el extranjero, donde se encontró
un fútbol más profesionalizado que en la Tercera
RFEF y de mayor nivel.
Esta temporada
jugará en la tercera división (2. deild), en un
club en el que coincidirá con muchos
excompañeros, ya que han mantenido el bloque de
los años anteriores: "En general, los
extranjeros son los que suben el nivel. En el
Vídir somos varios y eso se nota. Conozco a
prácticamente todos porque ya coincidí con ellos
el año pasado. La cultura futbolística del
jugador islandés es muy física, pero a nivel de
entendimiento del juego es donde flojean un poco
y eso es lo que aportamos los de fuera".
Beneitez no es el único que vuelve al club tras
regresar a España, ya que al finalizar la liga
son pocos los que se quedan en el país: "Solo
se quedan dos o tres y porque ya tienen vida
aquí. El resto, como hay varios meses de parón
hasta que empieza la siguiente temporada, nos
volvemos a nuestro país de origen o a otros
sitios para seguir jugando o trabajando".
A nivel de
proyecto, el club aspira a terminar el año en la
zona media alta de la tabla, en una liga de doce
equipos en la que ascienden los dos primeros,
aunque no descartan llegar al top-3: "Siempre
tuve la filosofía de que el primer objetivo es
conseguir lo máximo posible y luego, hasta dónde
te dé. Por la experiencia que tengo ya en la
liga, creo que podemos estar en la zona media
alta, incluso rozar los tres primeros puestos".
Un campeonato
que, por supuesto, está condicionado por el
clima, siendo mucho más compacto, aprovechando
los meses de verano: "Desde febrero hasta
mayo jugamos una Copa y luego se juega otra
alternativamente con la Liga. Desde mayo a junio
jugamos una vez a la semana y en junio y julio
jugamos miércoles y domingo. Es más comprimido,
pero también se hace más llevadero".
En Islandia se
ha encontrado un fútbol más profesional, con
mejores infraestructuras y en el que es más
fácil progresar tanto individual como
colectivamente: "En Asturias te condiciona
mucho el hecho de que cada fin de semana vayas a
un campo diferente y en distintas condiciones.
Un día juegas en hierba natural, otro en
artificial, al siguiente en un barrizal...
Tienes que estar continuamente adaptándote y eso
dificulta el proceso de los equipos. Aquí todos
los campos están perfectos". Aunque a veces,
también le toca jugar en campos cubiertos:
"No hay mucho cambio, lo único que se oye todo
mucho más. Si pega el balón en el techo pasa
como en fútbol sala, pero no suele suceder
mucho".
Fuera del
fútbol, tiene una vida tranquila en la que
también tiene tiempo para entrenar a los chicos
del fútbol base, además de trabajar: "Es un
poco parecido a lo que hacía en Oviedo. Por la
tarde entreno a chavales y este año intentaré
buscarme un trabajo, para tener dos sueldos y
también matar un poco el tiempo. Entre una cosa
y otra estás distraído todo el rato".
"Aquí la cultura de salir a cenar
o tomar algo no existe, lo hacemos solo los
extranjeros"
También tiene
tiempo de ocio, aunque sea totalmente diferente
a la cultura de España: "En el pueblo que
estoy es costero. Solemos salir a caminar por un
paseo que tenemos al lado del mar y luego
paramos a tomar algo. Pero es algo poco habitual
aquí, la cultura de salir a cenar o tomar algo
no existe, lo hacemos solo los extranjeros".
"Me gustaría
jugar en Asia y Australia"
Una aventura
que desde luego no será la última, ya que
Beneitez siempre tuvo la idea de seguir
explorando el fútbol en otros países: "En los
dos años que terminé la temporada aquí pensé en
probar otros sitios, pero no salieron opciones o
no eran muy claras. Terminé volviendo a
Asturias, pero todos los años intento ir fuera".
Entre sus predilecciones, no se queda corto:
"Tuve contactos con equipos de Armenia y
Maldivas, pero no salieron. Me gustaría Asia y
también me apetece mucho jugar en Australia".
Una experiencia
que recomienda a cualquiera, a pesar de ser algo
complicado de conseguir: "Vas a tener que
insistir mucho. Es muy raro que alguien venga a
tocar tu puerta. Yo me harté de preguntar a
excompañeros, exentrenadores y después de muchos
intentos fallidos acabé por encontrar la opción
de Islandia".
