Amargo final de año y de primera vuelta para el Real Avilés, inferior en todas las facetas a un Numancia que sentenció con un gol en cada tiempo.

Mal trago navideño para el Avilés, que no tuvo opción ante el Numancia en un partido muy discreto de los de Javi Rozada, que cumplió sanción y no pudo estar a pie de césped, aunque sí compareció en la rueda de prensa posterior con un discurso “con miga”, entre otras cosas mostrando su disgusto por el rendimiento de los suyos hoy y por los numerosos contratiempos sufridos en los últimos meses.

Cuatro cambios en el once avilesino, que presentó un esquema novedoso con tres centrales, algo que no pareció sorprender demasiado a un rival de entidad que demostró tener las ideas claras desde el inicio.

Avisaron los sorianos a los seis minutos en una de las primeras aproximaciones protagonizadas por Steven Góngora en banda derecha, finalizando Alain Ribeiro con un disparo que se topó con un defensa blanquiazul.

El dominio visitante obtuvo premio al cuarto de hora, Dani Fernández encontró de nuevo espacio por la derecha, al límite del fuera de juego, encarando portería y definiendo raso con sangre fría.

Poco cambió tras el gol, con el Numancia controlando y monopolizando las llegadas y un Avilés superado y con pocos visos de hacer daño. Un gol anulado por fuera de juego y un cabezazo de Cristian tras un saque de esquina que obligó a esforzarse a Álvaro pudieron ahondar más en la herida local.

Un remate de cabeza de Julio por encima del larguero tras una falta lateral fue la última jugada de la primera mitad y la casi única ocasión blanquiazul en un partido de claro color rojillo.

El Avilés salió con algo más de mordiente en la segunda pero todo se quedó en un pequeño escarceo de Natalio y Santamaría en el área pequeña. No tardó el Numancia en responder, y lo hizo de forma contundente, con un envío largo desde la derecha de Grande cabeceado a gol por Dani Fernández, un delantero con rol secundario hasta hace bien poco que con su doblete de hoy suma cuatro goles en las últimas tres jornadas.

Escenario aún más complicado para los locales, que pasaron a defensa de cuatro con un doble cambio en el que dejaron el campo dos de las novedades: Julio, ubicado en el centro de la zaga, y Osky, que actuó como improvisado interior diestro.

Tuvo más el balón el Avilés a partir de entonces, pero sin generar excesivo peligro. Alguna llegada por las bandas, inéditas en la primera parte, y poco más. Faltó claridad e intensidad para sorprender a un sobrio rival, llamado a luchar por el primer puesto con el Pontevedra una vez hechas las cuentas de mitad de curso.

Celebración numantina al final con su gente y frío y lluvia fina en el Suárez Puerta para despedir a un equipo que volverá al trabajo el 2 de enero y sobre el que a buen seguro habrá rumores y certezas sobre movimientos en el mercado invernal. En la rueda de prensa postpartido, Javi Rozada se emplazó a una reunión con el club en los próximos días para valorar el futuro a corto plazo. De momento, a mitad de curso, los números dejan a los blanquiazules en el séptimo puesto, a un punto del tercer clasificado y cinco por encima del “playout”.

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