Último partido de la segunda vuelta y último del año. El Llanera sumido a una crisis de resultados -que no de buen fútbol-, estaba obligado a ganar esta tarde de manera imperiosa, para afrontar la segunda vuelta con esperanza para intentar conseguir el objetivo.

Llegaba al Pepe Quimarán el Escobedo, nuevo en la plaza -usando el símil taurino- y en la categoría, con las mismas necesidades que el Llanera con dos puntos más. El cuadro cántabro es el único equipo que no sabe ganar en casa, mientras el Llanera no conoce la victoria como visitante al igual que el Laredo y el Guijuelo.

El Llanera realizó tres cambios en relación al partido del Miramar ante el Marino; Paul Otia, Cristian García y Mben Bayo entraron por Izan García, Álex Barrera y Mathieu Mvondo. Samu Sánchez entrenador cántabro, realizó cuatro; Laro Gómez cubrió la portería en vez de Iván Rumenov, mientras Edu Fontán, Raúl Tresgallo y Diego Espinosa, entraron por Mario Bastante, José Picón y Adrián Villasana.

El Llanera consciente de la trascendencia del partido entró con fuerza pero no tuvo la claridad de juego como en veces anteriores. Buscaba la portería de Laro Gómez, dominaba un poco más, llegaba al área pero se encontraba con una tupida defensa que frenaba los intentos locales. El Escobedo bien colocado, movía con más soltura el balón, usando los desplazamientos largos tratando de sorprender a la defensa local. El marcaje, la fuerte presión y pocos espacios fueron la tónica de los dos equipos que buscaban la victoria, evitando el empate inservible para ambos.

Llegaba más el Llanera. A los cinco minutos en el primer saque de esquina por parte de Viti, Mateo Arellano remató de cabeza por encima del larguero. Cristian García por dos veces disparó cerca del poste derecho. Respondió Raúl Tresgallo que solo y de cabeza echó el balón fuera. Mateo Gandarillas tiró a las manos de Hórreo y en el minuto veintinueve un gran desvío de Alberto Hórreo ante un toque de Raúl Tresgallo que quedó solo ante él, evitó el 0-1.

Mal comienzo tuvo la reanudación para el cuadro local, ya que corría el minuto cuarenta y nueve, Adrián Cajigal se aprovechó del pase de un compañero y de muy cerca remachó a la red. Alegría desbordante en las filas cántabras por la importancia del gol. Pero el Llanera se rehizo y tuvo unos minutos de empuje que bien pudo haber empatado. Primero en un remate de cabeza de Otia, en el que el portero Laro Gómez voló para evitar el tanto y luego un lanzamiento de Cristian García tras una falta que el portero también evitó en magnífica intervención.

El partido iba cobrando emoción, el Llanera luchaba para empatar pero se encontró con un contratiempo; en un desplazamiento largo de la defensa visitante, Otia tocó con la mano cuando su par se prestaba a encarar la portería de Alberto Hórreo. Segunda amarilla para el defensa y consiguiente expulsión, demasiado contratiempo. El Llanera un tanto alocado peleaba por cercar la portería de Laro Gómez. Fue Adrián Cajigal quien tuvo en sus pies el 0-2 cuando solo ante el meta Hórreo echó el balón alto. También Izam Ortiz disparó fuerte con mejor desvío de Alberto Hórreo

Y la puntilla llegó en el minuto noventa, Álvaro García cometió mano dentro del área y el penalti correspondiente fue ejecutado por Juan Casar para hacer el 0-2 definitivo, entre la alegría desbordante del equipo cántabro y la tremenda decepción para el Llanera que no esperaba la derrota en un partido trascendental, sobre todo basado en el buen juego que venía desplegando a lo largo de esta primera vuelta merecedor de mayor puntuación. Pero la realidad es la que es.

Ahora hay el parón navideño a la espera de abrir el año nuevo y la segunda vuelta en el segundo fin de semana de enero, en la que el Llanera repetirá como local ante el Rayo Cantabria.

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