El sábado comentábamos el incidente ocurrido en
un partido de Segunda Benjamín entre el Xeitosa y
Llano 2000 'F'. Un padre del conjunto
visitante comenzó a insultar y amenazar al
entrenador del equipo de su hijo y el árbitro
decidió suspender el partido y llamar a la policía,
en vistas de que el comportamiento no cesaba.
El Llano 2000 anunció el sábado que tomaría medidas
ante este incidente. Su coordinador de fútbol sala,
Roberto Sariego, habló con el padre en cuestión y le
hizo saber que no tenía sentido que continuasen en
el club, "fue casi de mutuo acuerdo, aunque hubiera
sido unilateral si no. Abandonaron el club con todo
mi pesar, porque son las primeras dos bajas que doy
por motivos extradeportivos y espero que sean las
últimas".
A esta baja hubo que añadir la de otro niño de 9-10
años que milita en el mismo equipo, en el Benjamín
"F", debido a que su padre faltó al respeto al
coordinador de campo por desavenencias deportivas y
también quedó desligado del club gijonés.
Roberto Sariego aprovechó este incidente para
mantener una reunión con los padres y explicar la
situación, algo que comprendieron y respaldaron,
según indicó el coordinador de pista, "les
recordamos que aquí no gana nadie, perdemos todos,
pero no se pueden consentir estos comportamientos.
En el momento que hay falta de respeto no hay
justificación posible".
Estos incidentes con los padres no son
generalizados, pero se producen ocasionalmente en
edades tempranas del fútbol base. Lamentablemente,
el mayor perjudicado termina siendo el niño, que
acaba cargando con el irresponsable comportamiento
de su progenitor.