No hizo los deberes el equipo blanquiazul, que tendrá que jugar la eliminatoria por evitar el descenso a Tercera RFEF. El campeón Ourense, a medio gas, no perdonó en el tramo final de la segunda mitad a un Avilés que no tuvo respuesta.

Era la hora de la verdad para el Avilés ante el recién ascendido y ahora campeón de liga Ourense, con el objetivo de poner fin a una amarga campaña. A los blanquiazules les valía incluso el empate, pero no lo consiguieron y los resultados dejaron a los avilesinos en el temido puesto de “play out”, con el riesgo de que el adjetivo “amargo” se quede corto para definir la temporada.

Hubo pasillo al campeón antes de empezar a lidiar con un césped encharcado por la incesante lluvia, lo que propició un escenario más propio de enero que del mes de mayo. Los esperados regresos de Zubiri y Claudio, tras cumplir sanción, fueron las dos novedades en el once blanquiazul, ante un rival con más suplentes que titulares habituales pero con un once bien apañado.

Fueron los visitantes los primeros en buscar puerta en el minuto seis, con un taconazo atrás de Moha que remató fuera Gabri Palmás. Un zurdazo de Iván Serrano buscando la escuadra fue la réplica local a los trece. 

El Ourense tenía más el balón en un choque condicionado por el agua acumulada en el césped, lo pudo comprobar Davo Fernández en la banda izquierda del ataque avilesino y pudo sacar tajada Di Renzo en la frontal del otro área, aunque finalizó con un disparo sin peligro a los 23 minutos.

El Avilés tiró de coraje para buscarle las cosquillas al conjunto pontino y del pico derecho del área partieron sus mejores opciones. Primero con una buena acción de Trabanco cuyo envío al centro no encontró rematador y más cerca del descanso con un tiro de Natalio excesivamente cruzado.

Se llegó a la media parte con relativa tranquilidad y un resultado favoreciendo los intereses blanquiazules, la derrota de la Gimnástica en O Vao, suficiente pero no definitivo con 45 minutos por delante. No tardaron los cántabros en igualar en la reanudación, lo que obligaba al Avilés a no perder para eludir el puesto trece.

Otra nota negativa fue la lesión de Edu Cortina, un “deja vu” de lo sucedido en el inicio de la temporada, en una fase de partido con menos lluvia pero poco movimiento en las áreas y dos equipos sin mucha determinación a la hora de hacerle daño al rival. Frialdad también en la grada, exceptuando a los más ruidosos, que seguían animando y aprovechando para empezar a poner las notas de fin de curso a modo de cánticos.

Pero a quince del final llegó la primera señal de que podría ser necesaria una “convocatoria extraordinaria” para aprobar. Brais Penela enganchó una buena volea con la diestra a la altura del pico derecho del área grande, cruzando la pelota fuera del alcance de Davo Armengol y aumentando el nivel de tensión en la grada y en el terreno de juego.

El Avilés, nervioso y poco intenso, buscó el gol para no depender de otros pero no lo encontró, un disparo de Isma Cerro fue la mejor ocasión justo antes de que el ex blanquiazul Cristian Moreno ahondase en la herida anotando el segundo gol visitante, de cabeza en el corazón del área y con el 90 ya cumplido.

No llegaron buenas noticias de O Vao y el partido murió con el Suárez Puerta en estado de “shock”. Hubo silencio incómodo y hubo protestas, atenuadas por la necesidad de hacer sentir a los futbolistas que cuentan con el apoyo para encarar la final a doble partido que tendrán que disputar ante Izarra de Estella, Formentera o Manchego de Ciudad Real. Mañana, a partir de las 13:00 horas, se conocerá el rival y el orden de los encuentros.