Un gol a balón parado a los diez minutos condenó a un Avilés que dio la talla en la primera mitad. En la segunda, los blanquiazules no lograron hacer daño a un Zamora que procuró que se jugase el menor tiempo posible.

Tras una particular semana de “pasión”, con noticias extradeportivas de diverso signo, el Real Avilés afrontó una nueva final ante un Zamora también habituado en los últimos tiempos al “ruido” al margen de lo que sucede en el terreno de juego.

Era un partido para picar piedra y el Avilés dio en cemento del más resistente, pagando cara una nueva laguna a balón parado y careciendo del acierto necesario en los metros finales para sacar al menos un punto.

Manolo optó por no cambiar nada respecto al equipo que doblegó al Vetusta y Raúl Rojas tuvo que esperar su oportunidad en la banqueta, relegando a Joel a la grada. Enfrente un Zamora con cuatro cambios respecto al once que no pudo pasar del empate ante el Villalbés.

El sino del partido pudo cambiar bien pronto, a los dos minutos Sierra se sacaba un regate mágico entre dos rivales y chutaba con la zurda topándose con el larguero tras tocar lo justo Fermín.

La mala suerte avilesina se iba a trasladar al área contraria superados los diez minutos, cuando Diego Aguirre sacaba el guante para poner un córner con la zurda desde la derecha, cabeceando a gol Luismi Luengo en el segundo palo. Acción muy similar a la del primer gol encajado en Pasarón pero sin partes del cuerpo ajenas a la cabeza de por medio.

El Avilés asumió el mando en busca de la reacción, buscando las rupturas de Sierra por el centro y metiendo velocidad para intentar sorprender a un rival bien pertrechado atrás. La mejor ocasión llegó a la media hora, tras un chut lejano de Davo con la diestra y un saque de esquina posterior rematado alto por Mecerreyes en el corazón del área.

La grada, que mostró su apoyo a Diego Baeza con pancartas y cánticos en el minuto 23 -la misma cifra de años de acumulación de deudas con el consistorio a la que se ha puesto fin- no perdía la fe y el equipo seguía mostrando buena cara, aunque tuvo que lidiar desde bien pronto con el “cloroformo” que quiso meter el Zamora.

La primera mitad finalizó con un cabezazo forzado de Claudio a centro de Trabanco y la segunda se inició con un nuevo balón al travesaño, aunque en esta ocasión por parte zamorana, tras una volea lejana de Mancebo que impactó en el cuerpo de Julio, sin que Cañizo lograse enganchar bien el rechace.

Volvió a intentar mandar el Avilés, pero cada vez con más dificultades para inquietar a un rival que seguía a lo suyo. Salió Rojas inédito por la izquierda y algo más activo por la derecha, con Sierra más centrado y Jorge cayendo a la banda zurda y buscando soluciones también por dentro, pero no había manera.

El Zamora rozó la sentencia en una triple ocasión tras un saque de esquina, el contundente cabezazo en el primer palo de Luismi se topó con la parte inferior del larguero y entre Mecerreyes y Trabanco salvaron milagrosamente sobre la línea dos remates “a quemarropa”.

Dos lanzamientos de falta inofensivos de Jorge e Isma Cerro fueron la mayor amenaza en el tramo final para el Zamora, intenso y competitivo a la vez que muy preocupado por arañar el mayor número de segundos al crono. 

Frustración y descontento local, expulsión incluida de Zubiri por protestar en el 90 y quejas por parte de los delegados y otros miembros del club tras el pitido final hacia el trío arbitral, mostrando su descontento por la permisiva gestión de las pérdidas de tiempo visitantes.

El Suárez Puerta se quedó frío pero no se olvidó de arropar a los suyos pensando en que todavía queda tela que cortar, con la quinta plaza a tiro de dos puntos. Próxima parada el domingo de Pascua, a partir de las 16 horas ante el Rayo Cantabria, un punto por encima de los avilesinos, que tendrán que poner en liza una novedosa pareja de centrales ante las bajas del expulsado Zubiri y de Julio por acumulación.