El Sporting vuelve a caer a domicilio por cuarta vez consecutiva, en un choque víctima de sus errores. La fragilidad defensiva mostrada hoy se unió a una falta de chispa en las disputas y la ineficacia ofensiva.

El Sporting volvió a las andadas a domicilio. Los rojiblancos sí que volvieron a celebrar un gol lejos de Gijón, pero de nada sirvió, y por cuarta vez consecutiva a domicilio acabó perdiendo. Hoy encajando 3 goles, como sucediera en Zaragoza. Como reconoció Miguel Ángel Ramírez, más enfadado que nunca, con este rendimiento a domicilio es imposible pensar en ascender.

El técnico canario hizo dos cambios en el once, regresando Roque Mesa y Gaspar por Nacho Méndez y Hassan. Más allá de perfiles distintos, el 4-4-2 siguió siendo el dibujo de referencia, con Gaspar acompañando primero arriba a Djuka, y siendo luego Otero el que lo hizo. Antes de la segunda mitad y los cambios.

El conjunto gijonés salió protagonista, queriendo la pelota, pero con posesiones parsimoniosas y sin ocasiones. El Amorebieta replegaba en un 5-4-1, dificultando el avance visitante. Con el partido controlado, sin sufrir, regalaste el primer gol. En el primer saque de esquina ejecutado por los de Jandro, una buena peinada de Bustinza, toque de Etxeita y Jauregi remachó a la red. Es difícil ganar si al primer disparo del rival, encajas por norma…

No vario el rumbo el Sporting, que siguió tocando y tocando, pero bajándosela la persiana en 3/4. Hasta que Nacho Martín recibió en la frontal y filtró un buen balón a Otero, que de disparo potente, al palo corto, batió al guardameta para empatar. Séptimo gol del cafetero que parece el único capaz de mantener la compostura en el ataque rojiblanco.

Era el filo del descanso, y tras conseguir la igualada, todo hacía pensar que ambos contendientes lo darían por bueno antes del descanso. Pero no. Otro fallo rojiblanco que provocó la contra del Amorebieta, que de forma incomprensible, con Morcillo desde el suelo y con Yáñez haciendo la estatua, desembocó en el 2-1. Ver para creer. Y pudo ser peor, porque en un descuento de olvidar, pudo llegar el 3-1, pero Erik Morán chocó con el portero.

No espero más tiempo Ramírez y al descanso introdujo tres cambios. Hassan, Guille Rosas y Varane fueron llamados a capítulo y el inicio fue esperanzador. Cote de falta directa se encontró con la buena parada de Magunagoitia. A renglón seguido, gol (bien) anulado a Nacho Martín, tras un fuera de juego previo de Insua.

Superado este arreón inicial, el Sporting perdió el control del choque, volviéndose el juego más de ida y vuelta, pero sin tampoco tener capacidad de asediar la meta rival. Cote con la derecha y especialmente Insua, en un balón suelto en el área, fueron incapaces de devolver la igualada al marcador. Con el encuentro roto, Ryan Edwards, en un contra, puso el 3-1 definitivo.

Dura derrota del Sporting, que sigue negado fuera de casa y sigue fiándolo todo a El Molinón, con el riesgo que eso supone. Si no consigue mejorar sus prestaciones a domicilio, parece difícil pensar en objetivos ambiciosos. A expensas de ver cómo termina la jornada y si mantiene o no su posición de playoff, los rojiblancos comenzarán a preparar mañana el choque del próximo sábado a las 18:30h ante el Racing de Santander.