Una de cal y otra de arena. Después de la goleada al Burgos, en uno de los mejores partidos de la temporada, el Oviedo sacó su peor cara ante un rival directo como el Valladolid, que sentenció el partido con dos goles consecutivos en los primeros compases del segundo tiempo. Moyano tuvo, segundos antes del doblete de Amath, la oportunidad para empatar el partido, pero a partir de ahí el Oviedo desapareció y el Valladolid jugó a placer.

Hermandad entre aficiones

El buen ambiente entre aficiones no defraudó. Hubo cerca de dos millares de aficionados oviedistas en Valladolid, que alternaron junto a los seguidores locales, en una fiesta con DJ's en el inmenso párking de Zorrilla. A pesar del frío, veinte mil espectadores en el estadio.

Con las novedades de Colombatto y Álex Millán en la convocatoria, se esperaba al menos un cambio en el once titular respecto al que goleó al Burgos (5-0) la pasada jornada. El centrocampista argentino, que volvía tras sanción, ocupó el lugar de Santi Cazorla, que comenzó desde el banquillo. Por su parte, Paulo Pezzolano -cuestionado por la afición pucelana- repitió el once que empató (1-1) en El Molinón la pasada jornada.

Salió más dominador el Valladolid, pero el ritmo de partido era lento y sin llegadas claras en los primeros minutos. El Oviedo estaba bien plantado y dio el primer aviso con un libre directo escorado a la derecha que ejecutó Colombatto y despejó a córner Jordi Masip.

Monchu adelanta al Valladolid

Pero fue el Valladolid quien se adelantó en el marcador. Los pucelanos volcaron su juego por la derecha, con un activo Luis Pérez, que se incorporaba al ataque y se asociaba bien con Amath. Fue una jugada, en el minuto 18, en la que el Oviedo no estuvo cerca en las marcas y permitió centrar a Luis Pérez al segundo palo. Allí estaba Monchu, libre de marca, con la caña preparada para batir a Leo Román con un disparo cruzado.

El Oviedo trató de sacar el balón jugado desde atrás, pero le costaba mucho superar la presión local y no conseguía llegar si quiera a las inmediaciones del área local. Fue mediado el primer tiempo cuando comenzó a estirarse el Oviedo, con un Abel Bretones que asumía más riesgos en el costado izquierdo, metiéndose hacia dentro Sebas Moyano, que lo intentó como siempre, aunque con menos eficacia de la habitual.

Acabó dominando el Oviedo los últimos quince minutos, llegando, pero sin buscar opciones de remate, más allá de un libre directo ejecutado por Alemao que pegó en la barrera y salió a córner.

Pudo haber más goles al filo del descanso

El Valladolid avisó en el 45' con un remate escorado de Mamadou Sylla que sacó Leo Román con los pies. Pero la última fue para el Oviedo en un saque de esquina cerrado que puso Colombatto -que sigue lejos de su mejor nivel- al segundo palo, donde remató sólo Alemao al poste. La más clara de los azules en la jugada previa al descanso.

De lo que pudo ser el empate a la sentencia del Valladolid

Nada más comenzar el segundo tiempo la tuvo Moyano, en el 47', que se plantó en carrera ante Jordi Masip, pero remató desviado. Un minuto después, un centro de Biuk desde la izquierda lo remató sólo en el segundo palo Amath, con Abel Bretones perdido en la marca.

El senegalés aprovechó una indecisión del Oviedo en la medular para marcar el tercero -segundo en su cuenta particular-, con un misil dentro del área, que sorprendió a Leo Román.

Mientras la afición vallisoletana pedía la dimisión de su técnico, con 3-0 en el marcador, Carrión hizo un doble cambio pronto, en busca de un revulsivo. Retiró a Seoane y Alemao, poco participativos y desacertados, para dar entrada a Cazorla y Bastón. Cambio de hombre por hombre.

Pero no hubo reacción del Oviedo, que tuvo un mal día generalizado, cuajando posiblemente el peor partido de la era Carrión, especialmente en la segunda parte. Los cambios no aportaron lo esperado y el Valladolid continuó jugando en campo rival, estando más cerca el cuarto que el gol de un Oviedo que bajó los brazos tras el tercer gol.

La última media hora de partido sobró para un Oviedo que dejó mala imagen en una segunda parte que se le torció muy pronto y a la que no mostró capacidad de reacción, en un partido donde los mejores -a pesar del marcador- fueron los centrales Luengo y Dani Calvo. Dubasin lo intentó en el 88', con un disparo que salió cruzado por poco, tras una de las pocas buenas combinaciones del Oviedo en campo rival.

Tras seis minutos de añadido finalizó con 3-0 el encuentro en el que el Oviedo dependía de sí mismo para acabar la jornada en puestos de promoción. Los carbayones fracasaron estrepitosamente en su intento y tratarán de sacarse la espina de este mal partido el sábado (Nuevo Carlos Tartiere - 18:30 h.), ante el Levante, en otro test exigente ante un rival directo.