El Oviedo se impuso a un Veriña que plantó cara, en un partido marcado por la jugada decisiva que significó el 0-1 al filo del descanso. Los carbayones fueron prácticos, manejaron su superioridad numérica y duermen en la segunda posición.

El Oviedo logró su séptima victoria de la temporada (7/9) en un partido marcado por la expulsión al filo del descanso y el gol de "Cheli" que allanó el triunfo ante un Veriña que plantó cara. Los carbayones pasarán otra jornada más en la zona que clasifica para la Copa del Rey juvenil, al término de la primera vuelta, y el Veriña se queda al filo de la zona de descenso, a expensas de los resultados del domingo que completen la jornada.

Los dos equipos llegaban a la cita separados por once puntos en la clasificación y ambos formaron con un sistema de juego similar. Comenzó el Oviedo metiendo al Veriña en su área, pero el equipo local logró igualar la contienda a partir del minuto quince y sacudirse del empuje visitante.

Aunque en el primer acto apenas hubo ocasiones para ninguno de los dos equipos. Las llegadas no se traducían en remates a portería, el Oviedo trataba de combinar, pero el Veriña se mostró intenso y no hizo concesiones.

Cuando parecía que el partido llegaría con el empate al descanso, se produjo la jugada que marcó el devenir del encuentro.  Fue una contra del Oviedo, por la derecha, y los locales pidieron fuera de juego de Jaime Coballes antes de que fuese derribado por Enol González dentro del área. El árbitro le mostró la roja al evitar una ocasión manifiesta de gol al impedir el mano a mano con el portero. Parecía que la falta iba a ser ejecutada directamente por el propio Coballes, pero el pichichi azul vio sólo a "Cheli", que con un disparo raso y cruzado batió al meta local. 0-1 al filo del descanso y el Veriña con diez.

El Veriña lo intentó tras el descanso, en inferioridad, y tuvo alguna ocasión para empatar con remates desviados de Lucas Valera y Marcos Noya, aunque también el Oviedo pudo ampliar su ventaja. "Cheli" avisó antes del 0-2, con un remate que se marchó fuera, pero el que no falló fue Pelayo García, que se fue de su par con un caño y con la derecha cruzó el balón a la escuadra contraria para cerrar el marcador.

Siguieron intentándolo los locales, principalmente con jugadas a balón parado, ante un Oviedo que tuvo opciones de aumentar su renta a la contra, pero sin concretar esas jugadas.