Un golazo al filo del descanso del delantero hispano-nigeriano, que poco antes había forzado el penalti del 0-1, encarriló el ascenso del filial nazarí. Los avilesinos no tuvieron su día de cara a puerta y no pudieron darle la alegría a su entregada afición.

Con el campo lleno a media hora del inicio y un ambiente indescriptible, especialmente para aquellos que no hace mucho asistían a partidos con 200 espectadores, Avilés y Recreativo Granada pelearon por una plaza en Primera RFEF, con final feliz para los visitantes, más eficaces en ambas áreas.

Los onces fueron los esperados, repitiendo Cañedo y volviendo Miki Bosch al centro de la zaga nazarí en el lugar de Almeida. Al Avilés le sentó bien de inicio el apoyo de su gente, siendo Isi Ros el primero en agitar el partido forzando una amarilla y no culminando con acierto una internada por la izquierda tras un fantástico envío de Jorge.

El filial nazarí se fue soltando y superado el cuarto de hora dio el primer susto tras un centro por la derecha que Samu remató con la diestra, impactando en el cuerpo de Mayorga.

Los blanquiazules pudieron adelantarse a los 23 minutos, tras una falta botada por Javi Fontán desde la izquierda. Natalio peinaba al segundo palo y Alorda cabeceaba picado, salvando Adri López sobre la línea.

Los minutos seguían pasando sin muchas llegadas, aunque todo cambió a los 37, cuando Samu avanzó en el pico derecho del área y fue arrollado por Morcillo, que poco antes había visto la amarilla por una entrada sobre el delantero. El árbitro señaló el punto de penalti y Martín Solar transformó a la derecha de Álvaro.

Samu se queja de insultos racistas

Saltaron chispas en la celebración del gol granadino, cierta provocación en la celebración encendió la mecha en la grada y Samu se quejó con vehemencia de cánticos racistas. La cosa no fue a mayores, previo aviso arbitral, y el Avilés trató de reponerse del tremendo golpe, llegando como máximo a forzar un par de saques de esquina.

Pero todavía quedaba una herida mayor por abrir en el descuento, Samu recibía en la frontal y con un control magnífico dejó correr la pelota para encarar y recortar a Álvaro y superarlo con un potente disparo que dejó helado el Suárez Puerta justo antes del descanso.

El guion de la segunda mitad no distó mucho de lo esperado, el Avilés pasó a jugar con tres atrás y carrileros y comenzó a achuchar, ante un conjunto granadino que se dedicó a arañar segundos al cronómetro desde el primer instante.

Los nazaríes aguantaron el tipo sostenidos por su portero Adri López, que puso bien el cuerpo para obstaculizar un remate de Isi Ros tras pared con Primo y sacó una gran mano para desviar por encima del larguero un cabezazo bombeado de Mayorga. Tuvo la suya también Morcillo en otro cabezazo que sacó un defensa a la altura del poste.

Ni afición ni jugadores avilesinos se rendían, pero lo minutos pasaban y no llegaba el gol de la esperanza. Un remate flojo de Espina y un lanzamiento lejano de Primo no inquietaron lo suficiente a un Granada que apenas pisó el área rival, exceptuando unos minutos finales en los que el pescado cada vez parecía más vendido.

Triste final para un Avilés cuyos futbolistas permanecieron desolados sobre el terreno de juego, vitoreados por un buen número de aficionados, mientras los granadinos festejaban con los suyos un gran éxito, la guinda a una temporada excepcional para el Granada.

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