El entrenador del Langreo hace balance de temporada y
destaca el cambio del equipo, "que no creía en la
permanencia y comenzó a creer". Su futuro se decidirá en
las próximas semanas.

Javi Vázquez, tras el partido de ayer, con Tomás Páramo de Intersoccer.
El empate ante el Real Valladolid Promesas (1-1) permitió al Langreo celebrar la
permanencia matemática en la última jornada de liga. Algo que parecía poco
probable en la jornada 10, tras la derrota ante el Polvorín (1-2), que le
terminó costando el puesto a Roberto Robles. De forma provisional se sentó en el
banquillo Pablo Acebal, que dirigió al equipo en Coruxo donde el Langreo logró
un valiosísimo triunfo (0-1), y el 22 de noviembre se confirmó el fichaje de
Javi Vázquez, como entrenador del equipo hasta final de temporada.
Un madrileño, de 36 años, que conocía la categoría (2ªB) como jugador, pero no
como técnico. Había dirigido al Alalpardo, al Unión Adarve de División de Honor
juvenil y en Tercera, y al Juvenil 'B' del Real Madrid. Llegaba a Langreo
después de su experiencia en Grecia como entrenador del filial del Panathinaikos
para coger un equipo en una situación delicada. El comienzo fue difícil y llegó
al parón navideño tras haber conseguido dos puntos de los doce disputados, pero
Javi Vázquez terminó convenciendo con su discurso a la plantilla y reenganchando
a la afición, que jugó un papel importante en la salvación del equipo.
Javi Vázquez disfruta ahora del éxito conseguido, feliz de esta etapa en Langreo
que en las próximas semanas está por ver si continúa o no. Se encuentra muy
feliz en La Felguera, donde recibe la visita de familiares y amigos, y en las
próximas semanas se decidirá su futuro. El club quiere que continúe, aunque por
el momento no le ha trasladado ninguna propuesta, consciente de que es pronto y
puede recibir alguna propuesta de mayor proyección.


Javi Vázquez, junto a su cuerpo técnico, y la dirección deportiva.
¿Qué sentiste cuando sonó el pitido final ayer?
- "Es difícil hasta de explicar con palabras. La satisfacción de haber
cumplido el objetivo y sobre todo por lo que se ha ido generando sobre el camino
un sentimiento de pertenencia de Unión. Siento una felicidad inmensa".
¿Fue como una liberación?
- "Recuerdo esa sensación cuando nos salvamos con el Adarve en División de
Honor, pero estas últimas semanas sentía que lo que habíamos hecho ya era
increíble y que podíamos poner la guinda al pastel o no. Pero ayer sentí
felicidad porque en el mundo del fútbol sé que se va a valorar si consigues el
rendimiento, pero el proceso nos dio el regalo de conseguir el objetivo. Dentro
estábamos orgullosos del camino realizado".
Llegaste a finales de noviembre, tras la jornada 11 y cogiste el equipo con
11 puntos y en puestos de descenso, ¿cómo te encontraste al vestuario?
- "Cuando hay un cambio de entrenador siempre se generan modificaciones,
pero más que cómo lo encontré me quedo con cómo cómo lo sentí las primeras
semanas. Sacamos dos puntos de doce antes de Navidad y necesitábamos cambiar
cosas para acercarnos a la permanencia. Hasta que no conoces al grupo es difícil
comprender qué necesita. Encontré muy buenas personas, muy buena gente, que por
la situación deportiva les estaba costando dar la versión que podían".
¿Fue un trabajo más mental que táctico?
- "Fue un mix. En lo táctico fuimos capaces, después de tocar la
quinta-sexta tecla de acertar, porque cuando llegué venía con la idea que tenía
y fuimos tocando cosas que le iban viniendo bien a los jugadores. Esto, unido al
trabajo psicológico-emocional, fue lo que nos ha ido ayudando".
Desde tu llegada, sacasteis 34 puntos en 23 partidos y, si nos quedamos sólo
con la segunda vuelta, fuisteis el cuarto mejor equipo... ¿qué cambió?
- "Sobre todo aumentar el nivel de exigencia tanto en lo personal como
grupal. Varias semanas después de mi llegada noté que aumentó el nivel de
confianza. No se creía en la permanencia y empezamos a creer. Hicieron un
ejercicio de valentía para limpiar su mente y ver a sus compañeros de otra
manera. Afrontamos los partidos de una manera distinta".
¿Y tú vida a nivel personal? ¿cómo ha cambiado de vivir en Madrid a vivir en
La Felguera?
- "Cambia mucho, aquí la vida que llevo es la que sueño. Levantarme por la
mañana, ir al campo, ver partidos, trabajar, entrenar por la tarde, llegar
cansado, dormir y madrugar para otro día... me gusta la experiencia. Además aquí
hay pocos días de sol, pero me encantan los días de lluvia... soy feliz en
Langreo".
¿La afición fue un factor importante?
- "Sin duda, porque al final dentro de los cambios de estos cinco meses pues
desde la afición se veía que no había confianza excesiva en el grupo y que el
descenso estaba cerca. Han hecho también un ejercicio de valentía de creer y han
ayudado al jugador. Si tu sabes que tu afición te va apoyar pase lo que pase
tienes un punto de confianza que te va ayudar".
"En casa es la leche, pero fuimos a Lugo, Palencia y parecíamos locales... a los
jugadores que la afición diera ese paso al frente les ha ayudado. Salían más
tranquilos y fuera de casa sintiéndose locales".
El presidente está contento contigo y quiere que continúes, ¿ya habéis
hablado?
- "Hemos tenido una conversación informal esta mañana, estamos contentos todos,
pero lo que hablamos. Aquí soy feliz y firmaría vivir toda mi vida como este
año, pero como entrenador todo lo que pueda ser progresar no me cierro en banda,
aunque estoy encantadísimo aquí. Está todo muy reciente, no sé qué va a deparar
el futuro. El club no me ha hecho ninguna propuesta pero ya veremos".
