Permanencia del Langreo tras empatar en Ganzábal ante el filial del Real Valladolid. Los pucelanos se adelantaron pero Arzalluz, en el último minuto de la primera parte, puso las tablas. Javi Vázquez obró el milagro.

Un punto. Eso necesitaba el Unión Popular de Langreo para lograr una permanencia que hace apenas dos meses parecía una quimera. Enfrente, un Real Valladolid Promesas, con el ex internacional brasileño Julio César Baptista en el banquillo, con el playoff asegurado matemáticamente pero que quería mantener la tercera plaza de cara al factor cancha.

El Unión quería la bola en los primeros compases, también el promesas, y fue para estos la primera del partido en una internada por izquierda de Cédric que terminó con disparo duro que envió a córner Adrián Torre. Quería responder al susto el cuadro local, que tenía la pelota, merodeaba el área de Aceves, pero no finalizaba las acciones. El segundo susto llegó al nueve, otra acción por izquierda y Cédric, en semifallo, finalizó de nuevo a las manos de Adrián Torre dentro del área. Llegó la respuesta imponente del Langreo dos minutos después, centro rasito desde derecha en beneficio de remate, Chus no llegó, la cazó Arzalluz en el segundo, control, para dentro y disparo buscando el palo largo fuera. Diluviaba en Ganzábal para la épica.

Apretaba el equipo de Vázquez, que poco a poco hacía recular a un promesas que buscaba robar y contragolpear buscando las descargas de Cédric. Se paseó un centro por derecha de Juampe por área pequeña sin rematador. Al veinte, drama. Conducción sin oposición de Arroyo, cúmulo de rebotes y, en el último, Chuki para dentro. Ahora mismo el Unión dependía de que el Ourense no anotase. Amenazaban los blanquivioletas de manera puntual, con tres hombres muy muy peligrosos en ataque. Uno de ellos, Joao Pedro, trazó una gran acción individual conduciendo hacia dentro que terminó con disparo fuera. Y en el primero de añadido, la locura. Acción maradoniana de Chus Ruiz por derecha, que se fue de todo jugador pucelano que le retó, pase de la muerte y Arzalluz, con el alma, a guardar. Empate y, de momento, salvación. Fue psicológico, no pudo ni sacar de centro el Promesas. Descanso.

Arrancó sin variantes en ninguno de los dos equipos la segunda mitad. Salió el Langreo buscando el segundo, y en una buena transición, Luis Sánchez dejó para Queijeiro que pegó mordido de primeras a las manos de Aceves. Pasaban poquitas cosas en el primer tramo tras la reanudación, lo que beneficiaba a un Unión salvado con las tablas. A partir de la hora, apretaron los de Vázquez y, además, se reclamó penalti, que parecía, por agarrón sobre Arzalluz cuando se disponía a embocar el mano a mano ante Aceves. A punto el segundo local, gran acción de Chus, que la puso al segundo y, cuando Lavsamba iba a empujar, Garriel llegó para mandar a córner providencial. No hubo más. Lo hizo el Unión.

Al final, se obró el milagro que parecía imposible hace unos meses, con Javi Vázquez como absoluto protagonista, coreado por el Nuevo Ganzábal, que cogió a un equipo muerto y en ruinas para dejarlo un año más en Segunda RFEF.

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