Cañedo repitió once y casi convocatoria -entró Valcarce por Orfila- para intentar encadenar la cuarta victoria consecutiva, con el añadido de hacerlo ante una afición entregada, que volvió a responder a las iniciativas del club.

Salió intenso el Avilés y a los dos minutos un fuerte chut de Jorge lo detenía en dos tiempos Pablo Díez. Pero no iba a ser la primera parte ideal para los blanquiazules, que pronto comprobaron que el Rayo Cantabria tenía potencial para hacer daño.

Una falta lateral que estuvo a punto de ser penalti sobre Jorge Delgado abrió las hostilidades por parte visitante a los cinco minutos, aunque el lanzamiento de Neco se estrelló en la muralla defensiva que protegía la portería. Poco después, el propio Neco disparaba a la media vuelta tras recibir de cabeza de Dani González al límite del fuera de juego, el rechace le caía a Jorge Delgado, que abrió la cuenta para los cántabros.

Se complicaba el panorama para el Avilés, que se mostró impreciso y precipitado hasta la media parte. Un par de envíos con peligro de Alorda desde la derecha que Primo no llegó a rematar fueron las mejores opciones locales, en medio de un ambiente de cierta intranquilidad y alguna que otra queja por determinadas decisiones arbitrales.

En la segunda mitad, tras un pequeño susto inicial protagonizado por Mateo, los visitantes fueron reculando y cediendo la iniciativa a un Avilés menos tenso y que fue en busca del empate con determinación.

A los 65 minutos, el estadio rugió tras uno de los escarceos habituales de Isi Ros, que apuró hasta la línea de fondo y cayó derribado en el área. El árbitro no apreció un posible pisotón de Jorrín, desatando las iras de los aficionados, que pronto pasarían del disgusto a la esperanza con el gol del empate.

Los dos recién incorporados, César García y Pablo Espina, fueron los protagonistas en la jugada que puso las tablas. César caracoleó en la banda derecha y centró raso, encontrando a Espina, que remató colocado, de zurda con el interior. Un gol de calidad que puso de manifiesto la buena aportación del banquillo en este Avilés, que tenía más de veinte minutos por delante para culminar una remontada que parecía factible.

Con el Rayo Cantabria centrando sus esfuerzos en la defensa y el Avilés apretando por el centro y por las bandas, las mejores ocasiones locales llegarían superado el minuto 80.

Un balón de César al lateral de la red en el 84 inició la fase de acoso y derribo, continuada un minuto después tras un centro de Javi Fontán desde la derecha que Pablo Espina, en una posición parecida a la del gol, no logró conectar con tanta efectividad.

Pero la más clara llegaría a dos del final, tras un saque de esquina desde la derecha que remató Mayorga en el segundo palo, a bocajarro pero topándose primero con el portero visitante y finalmente con una maraña de piernas de los zagueros que consiguieron evitar que la pelota se colase.

Hasta los menos optimistas confiaban en que el Avilés tuviese una última opción en los cuatro minutos de descuento, pero el mazazo llegó en el área contraria, tras un preciso envío de Izan desde la derecha cabeceado por Dani González al fondo de la red.

Duro golpe para un Avilés que incluso pudo empatar, pero César cabeceó por encima del larguero un balón suelto tras un rechace.

Gran oportunidad perdida para los avilesinos, que se mantienen terceros en plena lucha por el playoff. Una lucha que tendrá continuidad el próximo domingo a partir de las 17 horas, nada menos que en Miramar ante el Marino, en un prometedor duelo comarcal.

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