El Oviedo no reacciona. Segundo punto que saca el equipo de
Cervera en los últimos quince disputados. Un empate sin goles
que sabe a poco para un Oviedo solvente en defensa, pero
mediocre en ataque, a pesar de que llevó la iniciativa en la
segunda mitad ante un Tenerife conservón, que dejó correr los
minutos y que se fue satisfecho con el empate. A quien no le
gustó fue a la afición oviedista, que despidió con una sonora
pitada al equipo.
La iniciativa del club de regalar entradas en colegios, clubes
deportivos y demás asociaciones de la ciudad, así como vender
localidades de acompañante al precio de 10 euros surtió efecto y
el Tartiere lució mejor aspecto del esperado, con muchos niños
-los futuros aficionados- en la grada.
En los prolegómenos del partido se rindió homenaje a
Pelayo Novo, tristemente fallecido la pasada semana.
Acudieron representantes de todos los clubes en los que jugó y
se pusieron camisetas de todos ellos sobre el césped, donde su
familia recibió una placa de recuerdo, mientras el Tartiere
coreaba su nombre.
Con numerosas bajas, aunque ninguna de teóricos titulares.,
Álvaro Cervera introdujo tan sólo dos cambios en el once. El
obligado por la lesión de Rodri Tarín, que se perderá lo que
resta de temporada, y el de Marcelo Flores, que dejó su sitio
para Hugo Rama, hoy con la cabeza rapada.
El encuentro estaba marcado en el calendario de un Oviedo que
afrontaba la cita marcando la zona de permanencia, con seis
puntos de ventaja sobre la Ponferradina, pero con el firme
objetivo de romper una mala dinámica después de sumar un punto
de los últimos doce disputados.
Cervera ya había anunciado que no haría cambios en el estilo de
juego de un Oviedo que salió, como es habitual, dejando hacer a
su rival y asumiendo pocos riesgos. Pero en el minuto 6, una
cesión inofensiva de Luismi la despeja mal Quentin Braat,
mandando el balón raso y por el centro; el esférico golpeó en
Garcés y le cayó a Enric Gallego, que estaba en fuera de juego
tras realizar la presión al portero francés. Su remate golpeó en
el palo antes de que el asistente señalase fuera de juego.
Primeros pitos que pronto se convencieron en aplausos al inicio
del sexto minuto, en el que comenzaron los aplausos en homenaje
a Pelayo Novo.
El Oviedo salió nervioso e impreciso en los primeros compases,
pero fue adelantando sus líneas y la contienda se igualó. Como
es habitual, poca continuidad en el juego, mucho balón aéreo y
pocas ocasiones. Un voluntarioso Hugo Rama lo intentó en el 9',
tras un mal despeje de Juan Soriano, que terminó atajando sin
problemas, y en el 20' la tuvo Bastón, que remató un centro raso
de Lucas.
Jimmy tuvo que ser sustituido en el minuto 32 por lesión en
el hombro -que le tuvo que ser recolocado-, tras una mala caída en una disputa de balón en la
banda. En su lugar entró Montoro, que acompañó a Luismi en la
medular.
El Tenerife se mostró muy plano y tuvo pocas llegadas al área
local. Los de Ramis buscaban la profundidad de sus laterales,
muy abiertos con balón, pero con poca participación. Se llegó al
descanso tras una primera parte trabada, con ritmo lento y poco
fútbol, un calco de partidos anteriores en los que el Oviedo
volvió a mostrarse sin recursos para atacar con balón.
La segunda parte siguió por los mismos derroteros, con mucha
disputa en la parcela central, ritmo lento y sin apenas llegadas a los áreas.
Abel Bretones puso dos buenos centros en el 53' y 56' que no encontraron
rematador y acabaron en saques de esquina.
Con el paso de los minutos, y la necesidad de ganar, fue el
Oviedo quien expuso un poco más, pero el partido parecía abocado al cerocerismo.
Cervera tardó en mover ficha y no fue hasta el 73' cuando dio entrada a Borja
Sánchez, en lugar de un voluntarioso, pero ineficaz, Manu Vallejo.
Cada uno de las decenas de faltas y saques de banda que hubo
en el partido se hacían eternas hasta la reanudación del juego. Ninguno de los
dos estaba por la labor. El Oviedo llevó la iniciativa hasta el final ante un
Tenerife conservón, que finalizó el partido sin rematar entre los tres palos,
aunque en el caso de los carbayones tampoco inquietaron apenas a Soriano
prácticamente en toda la segunda mitad.
El último cambio de Cervera fue dar entrada a Enrich por Hugo
Rama, dejando a Masca sin minutos después de su buena actuación en Miranda de
Ebro. El gallego, al igual que Vallejo, muy combativo, pero con poca
determinación en el juego, como el resto de sus compañeros de ataque. No hubo
tiempo para que entrase en juego y el partido acabó con 0-0 con el que quedó
patente la falta de ambición y de argumentos ofensivos de este Oviedo, que fue
despedido con pitos del Tartiere.
Con este punto, el Oviedo se pone con 36 puntos, siete por
encima del descenso, a falta de que se jueguen los diez partidos restantes de la
jornada 31. La próxima cita del Oviedo será el sábado 18, a las cuatro y cuarto,
en Leganés ante el décimo clasificado.