Era el primer partido señalado como una "final" para el Unión a pesar de estar en la jornada diez. No cabía otra que ganar ante un rival directísimo como el filial del Lugo, dirigido por un clasicazo como Roberto Trashorras. Los de Rober Robles comenzaban el choque en descenso con ocho puntos, mientras que el Polvorín lo hacía con un punto menos, siete, y compartiendo farolillo rojo con el Real Oviedo Vetusta.

En el tercer minuto de partido llegó la primera clarísima para el Langreo. Córner y remate de Keko Hevia, completamente solo en el segundo palo alto. Muy clara. Dos minutos después, otra. Error en salida lucense, Davo recoge y el chut duro desde lejos del mierense lo despejó con problemas Julen Fernández. La réplica llegó justo después, en una falta directa de Iago Parga que se fue rozando el larguero de la meta de Adrián Torre.

Los gallegos iban creciendo en el partido y metieron el miedo en el cuerpo en una acción de contragolpe por izquierda, dos contra uno sobre Juampe y disparo cruzado de Martín que atrapó abajo Adrián Torre.

De más a menos el Langreo en la primera mitad, pero en el veinticuatro llegaron los problemas para el Lugo, cuando su portero Julen Fernández tuvo que pedir las asistencias con claros signos de dolor. En el banquillo de Trashorras, un guardameta con edad y ficha juvenil, Víctor Arosa. Pudo seguir el meta, y lo probaron los langreanos. Centro de Pacoli desde la izquierda y cabezazo flojo, eso sí, de Arzalluz que atrapó bien Julen.

Clara, clarísima a cinco del descanso para el Langreo. Balón en carrera para Poveda, solo, completamente solo y, ante la salida de Julen, la estrella en el meta gallego. Perdonó lo imperdonable. Ya en el añadido, amago de infarto en Ganzábal. Gran acción por derecha y, de primeras y de tacón enganchó Antonetti. Paró Adrián Torre. No hubo más. Descanso.

Arrancó el segundo acto con doble variante en los gallegos. Luis Castro y Dani Vidal. Lateral izquierdo y medio centro. En el Unión, entró Jandrín por Arzalluz, que se probó y no pudo, en el primer minuto de la reanudación. En el cuatro, la de Adrián Torre. Boquete defensivo, balón al espacio para Idrissa y el chut de atacante lo sacó a córner con un paradón el capitán del Langreo. Y otra. Otro boquete, otro balón en carrera, esta vez Antonetti y, en el mano a mano, sí, Adrián Torre. Horrible el Unión Popular. El Lugo era dueño, y ahora iba a ser Luis Castro desde fuera, con otra parada de Adrián Torre a córner.

Y tanto fue el cántaro a la fuente…. Que se rompió. Posesión de minuto y medio del cuadro gallego, centro al segundo palo y cabezazo de Antonetti para dentro. Drama. La réplica fue inmediata, pero imposible de creer. Balón largo, traca defensiva entre central y portero, al meta le pega en el pecho y le queda a Davo que, solo y sin portero la tiró al larguero y fuera.

A veinte del final, el colegiado le dio chance al Langreo. Caída de Davo en el área ante Iago Parga y el trencilla madrileño señaló los once metros. Gracias. Lo lanzó Davo, y el mierense engañó a Julen. Tablas. Fue un espejismo. El Polvorín jugaba a su antojo y el Langreo no podía, incapaz. Pudo llegar el segundo en un balón muerto en el segundo palo que Torrado envió arriba. Se llenó de balón. Pero, a dos del final, llegó. Otra buena jugada en equipo de lo visitantes, disparo de Álex Ramos, paradón de Adrián Torre y el rechace a Xabi Domínguez que la puso en la escuadra.

De ahí al final, exactamente lo mismo de antes, nada de nada. Bueno, casi nada, porque aún dio tiempo para una calamidad más. Joselu Guerra, que entró en el sesenta y ocho, se autoexpulsó en el añadido. Sonido de viento en Ganzábal y el Polvorín, que llegaba por debajo en la clasificación, sacó los tres puntos de Langreo y adelanta a los de un Rober Robles, que queda en el alambre. El Langreo acabó dando la sensación de equipo completamente muerto.

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