Los rojiblancos vieron cómo se esfumaba el punto que tenían en el tramo final, tras una primera mitad donde fueron superiores al Levante. Las lesiones de Cali Izquierdoz y Gragera condicionaron al equipo.

El Sporting volvió a competir y mereció sumar en Valencia. Sin embargo, la noche se llenó de infortunios y se marchó de vacío. Fue una noche de sustos ambientados en Halloween, en forma de lesiones primero y de derrota después, en una acción en la que Mariño regaló su palo para que De Frutos firmase el cuarto triunfo consecutivo del Levante.

Abelardo introdujo tres cambios en el once titular respecto a Vitoria. Bamba, Cristo y Campuzano suplieron a Insua, Gragera y Djuka. El gallego estaba sancionado, el gijonés renqueante y el balcánico quedó en el banquillo pensando en lo ajetreado de la semana.

El primer aviso lo dio el Levante, con un regalo que De Frutos no aprovechó rematando en el área fuera, excesivamente cruzado. Superado este sobresalto, fue el Sporting el que dominó el choque a su antojo. Con 4 medios en el bando local, los gijoneses encontraban huecos por fuera y a la espalda de los pivotes, con una pareja, la de Cristo y Campuzano, que dejó buenas sensaciones.

Otero firmó una gran primera mitad y a punto estuvo de marcar el 0-1 con un disparo potente abajo que sacó a córner Cárdenas. Entre los numerosos saques de esquina de los rojiblancos destacó uno que terminó con un cabezazo de Bamba por encima del larguero. El partido se empezaría a perder en el tiempo de descuento, tras un rodillazo de Iborra en la cadera del Cali Izquierdoz, que dejó al argentino k.o., no pudiendo salir en la segunda mitad.

El descanso trajo consigo la entrada de Gragera en el eje de la zaga y el paso a un 4-2-3-1 más puro del Levante, que detectó la debilidad rojiblanca en la zaga y empezó a ser mucho más vertical y buscar el desplazamiento en largo sobre el punta. Que la ausencia del Cali iba a ser alargada se notó pronto, con una acción individual de Pepelu, que se metió entre los centrales hasta la cocina, disparando fuerte abajo y haciendo una parada de mucho mérito, de balonmano, Mariño.

Al Sporting se le empezó a hacer largo el partido, con más dificultad para robar, transitar y llegar a las inmediaciones de Cantero. Las malas noticias siguieron llegando en forma de lesión. Ahora el que cayó fue Gragera, con unas molestias musculares que le obligaron a ser sustituido. 27 minutos estuvo en el campo el canterano, que fue suplido por Jordi Pola.

Con el Levante volcado, sin ocasiones eso sí, y con Soldado, Bouldini, Brugué y De Frutos en el campo llegó el 1-0. Acción de este último, que encaró a Cote, apuró línea de fondo y se sacó un disparo potente abajo, al palo corto, el palo del portero, pero Mariño dio un paso al centro y regaló la posibilidad de que el esférico se colase en la portería. Se echó así por tierra un gran trabajo del conjunto gijonés.

Pudo empatar posteriormente, tras un regalo de Rober Pier, que no pudo aprovechar Otero, que murió de maduro en una acción que terminó sin ni siquiera patear. Derrota inmerecida del Sporting, que despachó un encuentro para al menos empatar. Y peaje muy alto con las lesiones de Gragera y Cali Izquierdoz, que habrá que ver cómo evolucionan, pero con tan poco margen, parece difícil que puedan ser recuperables. Los rojiblancos comenzarán mañana a preparar el choque del jueves a las 19h ante el Albacete, donde volverá Insua y se estará pendiente del estado de Pedro Díaz y Aitor García.