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Incidentes y suspensión de un
partido de Tercera RFFPA

Domingo 23 de octubre de 2022
G. Bañó
Foto: Fierros (Archivo)

Un jugador del Boal empujó al árbitro que, después de expulsar a tres jugadores y al técnico local, decretó el final del partido por la negativa a desalojar la grada por los insultos y amenazas recibidas por parte del público.


Campo de Llaviada. Foto de este verano.

Quinta jornada de liga en el grupo 4º de Tercera RFFPA. Esta tarde se enfrentaban en Llaviada el Boal y el Avilés Stadium 'B'. Un partido que transcurrió con normalidad en la primera parte, donde se registró la expulsión del entrenador local, "Tito" Fernández. Al descanso ganaba 0-1 el Avilés Stadium 'B' y los incidentes llegaron en la reanudación. Según fuentes presenciales, el árbitro, Adrián Rodríguez Fernández, de la delegación de Avilés, expulsó a tres jugadores en los primeros minutos de la reanudación, dos por lances del juego y el último por empujarlo en un momento que le estaban protestando varios jugadores. El colegiado cayó al suelo y reanudó el partido con el saque de la falta que acabó en el segundo gol del filial del Stadium.

Fue a continuación, en torno al minuto 55, cuando fue para la caseta y "le dijo al delegado de campo que si no sacábamos a toda la gente de la grada no salía a pitar. Pero el delegado y yo le dijimos que no procedía, le enseñamos el protocolo en el móvil y dijo que no, que con insultos no salía", afirma Albuerne, presidente del Boal. El árbitro, que se encuentra en buen estado, se repuso tras el empujón pero decidió parar el encuentro debido a los insultos y amenazas procedentes desde la grada.

Albuerne cree que "se complicó la vida sólo. Llamó a la guardia civil, que tardó algo más de media hora en llegar, pero yo le aseguré que no iba a haber problema alguno para salir del campo". Con la presencia de la guardia civil abandonó el campo el colegiado, aplaudido con sarcasmo por un grupo de aficionados locales. El presidente del Boal reconoce que "está mal empujar al árbitro, pero bajo ningún concepto se puede pretender echar a todo el público del campo. Censuro los insultos, no se debe hacer, ¿pero quién controla eso? Creo que debería haber avisado al delegado para que lo dijera por megafonía antes de tomar la decisión de suspenderlo".

El protocolo creado hace unos meses para evitar la violencia verbal indica que si hay insultos graves o amenazas el árbitro puede parar el partido y acudir al delegado de campo para que se informe por megafonía o a los causantes que deben cesar en su actitud. En caso de persistir, el árbitro puede mandar a los jugadores al vestuario y el delegado debe insistir, en caso de que cesen se reanuda y si se repite se debería suspender el partido. Aunque en caso de agresión física el árbitro el colegiado tiene la potestad de suspender el encuentro si lo considera necesario.

Todavía no hay acta del encuentro y el Comité de Competición tendrá que resolver sobre el devenir de este encuentro que ganaba el Avilés Stadium 'B' 0-2 en el momento de la suspensión, a un Boal que tenía tres jugadores menos. Uno de ellos se perderá varias semanas de competición por sanción, tras haber empujado al colegiado.


 

 

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