José Ángel Ziganda compareció con puntualidad, acompañado por
Federico González, Jorge M. Vallina, Fernando Corral, David Mata, miembros de la
dirección deportiva y también de la cantera. El técnico navarro comenzó
indicando que se trata de "una decisión muy meditada y consensuada con mi
familia. Tras unos días de espera hemos decidido no continuar y alargar esa
posibilidad". Agradeció a todos los miembros del club el trato recibido, "me han
hecho sentirme entrenador y disfrutar". También a "nuestro querido Arnau y a
César que vinieron a buscarme en su momento. No voy a decir que todo ha sido
bonito, que no ha habido desavenencias, pero eso es insignificante en
comparación con todo lo que he podido vivir".
¿Se ha sentido poco valorado?
"No. El club es más grande que todo el mundo, tiene que tomar
decisiones y actuar de la forma que cree conveniente y hay que respetar".
No tuvo oferta de renovación del Oviedo, ¿tiene alguna
propuesta?
"Yo no rechacé nada porque no lo hubo. Mi representante ha
hablado con diferentes opciones que puede haber, mi intención es entrenar, pero
siempre he dicho que iba a esperar el desarrollo de los acontecimientos".
¿Con qué momento se queda?
"Me quedo con la rampa del día del Ibiza. Porque veías eso y
podía ser un auténtico tsunami. He vivido momentos similares y cuidado lo de la
rampa el otro día. Me quedo con los derbis, no lo conocía tan de cerca y es un
auténtico privilegio poder jugarlo y vivirlo".
¿Cree que queda un buen bloque?
"El club tiene jugadores en muy buena edad, que no están
desgastados y que han ido a más. El año que viene espero que sea más y mejor.
Son buenos jugadores y mejores tipos".
¿Qué percepción tenía y tiene del club?
"Cuando vine después del Lugo me acuerdo de las caras de
todos, yo venía más fresco y el club estaba más desgastado y agarrotado, a falta
de soltar todo su potencial".
Se emocionó hablando de Paco Fernández y Luis Manuel, "dos
personas que han estado a mí lado siempre. Gente como Víctor, Antonio, Marcos,
Miguel... me han introducido en lo que es este club. Ha sido muy chulo y creo
que este club tiene mucho potencial. Es un club grande. Los que estamos en el
autocar, en el campo... vemos al niño con la camiseta azul y eso no tiene
precio. Empezamos 7-8 mil y acabamos 22.000 y aplaudiendo aún perdiendo, ese es
el club que queremos todos".
Intentó convencerte el club
"Fue todo bien. Agradecido al club,
intentamos retomar, pero la decisión la tenía tomada. El lunes a la noche la
tomé. Vamos a pensar en positivo y ya no hay vuelta".
¿Desgaste o nuevos retos?
"Han sido dos años buenísimos y acabo aquí
dejando buen sabor de boca en mucha gente. Muchas veces cuando dejas un club te
vas cesado, por desgaste, por agotamiento... pero en este caso me siento vivo,
con energías de poder estirar más, pero también sabemos que igual empiezas el
año que viene y que un mes más hubiesen parecido diez
años. Ha habido muchas cosas que me han llevado a la decisión que he tomado".
¿En qué ha cambiado Ziganda del partido
del Lugo al del Ibiza?
"Si cabe en el conocimiento del club, de
cuando lo ves desde fuera a cuando la ves dentro. No he tenido una doble cara,
no he tenido que mostrar algo que no soy. Ya lo sabía, pero a nivel deportivo la
importancia de los grupos. Tener un portero que pare y un delantero que meta
goles, pero tan importante o más es gente que no juega que sabe tirar del carro,
respetar, escuchar... Hoy en día no es fácil manejar esos egos de gente joven".
¿Qué legado crees que dejas?
"Me gusta cuando me paran por la calle y
me dicen eres un paisano".
Mensaje a la afición
"Darle las gracias. Me voy yo, vendrá
otro, y seguirán animando. Darles las gracias por el cariño de todo el año y del
último partido. Las personas somos importantes, pero los activos de los clubes
son la afición: los chavales jóvenes, los niños, las camisetas azules, las
personas mayores... Ese motor hay que cuidarlo y echarle gasolina para que siga
funcionando y tire hacia adelante".