El Oviedo se unió al cúmulo de pinchazos de equipos de la zona alta. Los azules no fueron capaces de pasar del empate ante el equipo menos goleador de Segunda hasta la fecha. Un Zaragoza que se mostró sin complejos en ataque y aprovechó los errores defensivos de un Oviedo irreconocible en esa faceta. Los carbayones acabaron volcados y fallaron un penalti que pudo significar la victoria, en un partido donde Femenías acabó salvando los muebles en la última jugada.

Los resultados de la jornada no pudieron ser mejores para el Oviedo. Pinchazos del Girona (2-1) en El Molinón, del Tenerife en casa ante el Málaga (0-2) y de la Ponferradina en Valladolid (2-0). Un buen resultado significaba un paso de gigante para los azules, que se medían a un Zaragoza ya salvado y sin opciones de promocionar. Ziganda hizo dos cambios con respecto a Málaga. El técnico dio entrada a Sangalli y Samuel Obeng en detrimento de Viti Rozada y Javi Mier.

Los primeros compases fueron de tanteo y sin ocasiones, hasta que el colegiado recibió la llamada de la sala VOR por una mano en el área maña. De la Fuente Ramos señaló la pena máxima y Borja Bastón, pichichi de la categoría, puso en pie al Tartiere anotando el 1-0. Lanzamiento a asegurar, por el centro de la portería zaragozana. Acto seguido fue sustituido Pierre Cornud por lesión, previsiblemente muscular. En su lugar entró Mossa, superado el cuarto de hora de juego.

Poco duró la alegría. Antes de cumplirse el minuto 17, Bermejo cazó un rechace de Femenías, tras un remate en un saque de banda, en el área pequeña y cabeceó el balón a la red. Pero el mazazo llegó tres minutos después, cuando Jair cabeceó también en el área un córner desde la derecha, anotando el 1-2.

Las llegadas a los áreas se sucedían y las defensas no estaban entonadas. Obeng pudo empatar el partido en el 22', con un remate que sacó a bocajarro Cristian Álvarez. El ghanés pudo resarcirse cuatro minutos después cabeceando a la red un centro de Brugman tras un saque de esquina.

Pero el Zaragoza no había dicho todavía su última palabra. Bermejo, tras un error defensivo remató fuera, y Francho puso a prueba a Femenías que despejó a córner un minuto después, en un primer tiempo cargado de imprecisiones defensivas. El 2-3 fue obra de Bermejo, tras una volea desde la frontal, cruzando el balón al palo largo de la meta oviedista.

El Oviedo acabó volcado la primera parte, con la defensa en medio campo y jugando en las proximidades del área zaragozana. Carlos Isaac lo intentó en el 41' tras un centro de Obeng, pero Cristian Álvarez despejó con acierto.

Ziganda movió ficha al descanso y retiró a un desaparecido Sangalli, para dar entrada a Viti Rozada. El Oviedo entró con fuerza al segundo tiempo y, sin haberse cumplido el tercer minuto, llegó el 3-3. Brugman conectó un derechazo cruzado desde treinta metros que sorprendió a Cristian Álvarez. Empate, éxtasis en el Tartiere y gritos de sí se puede.

El Zaragoza jugaba sin complejos y en el minuto 55, un centro desde la izquierda, lo cabeceó al poste Iván Azón, pichichi de equipo maño con cinco goles. La réplica del Oviedo no se hizo esperar. Un minuto después, Obeng, a la media vuelta, puso a prueba a Cristian Álvarez, que metió una buena mano para enviar el balón a córner.

Los maños atacaban con frescura, pero iban perdiendo ritmo a medida que avanzaba el partido. El Oviedo fue decidido a por la victoria, puso la defensa en medio campo y combinó en campo contrario en busca de su oportunidad. Dani Calvo llegó a incorporarse al remate en varias ocasiones, lo que demostraba el riesgo que asumió el equipo de Ziganda.

En el minuto 70 llegó el penalti por mano de Sabin Merino, tras un remate de Borja Bastón. Penalti claro que el colegiado no dudó en señalar. Bastón asumió la responsabilidad, disparó duro a la derecha, pero Cristian Álvarez demostró su inspiración en la noche de hoy y desvió el balón a córner.

Ziganda situó a Viti de lateral en el 73', dando entrada a Joni Montiel en su lugar, y a Matheus en detrimento de Obeng. Un cambió con clara vocación ofensiva para un Oviedo consciente de la necesidad de ganar. Los carbayones lo intentaron hasta el final, con más corazón que cabeza, pero sin intimidar a un Cristian Álvarez muy inspirado, que perdió tiempo como si el Zaragoza necesitase los puntos en juego. De hecho, los maños tuvieron la última en una contra que culminó Vada, pero Femenías estuvo atento para salir a blocar su remate.

A pesar de que el empate fue un mal resultado y sentó como un jarro de agua fría, por ser ante un rival que no tenía nada en juego, la afición -muy metida durante el partido- despidió con aplausos al equipo y con el grito de "sí se puede". La próxima cita del Oviedo será el sábado, a las diez de la noche (hora peninsular), ante un rival directo como Las Palmas. Una cita trascendental para los intereses de dos equipos que llegan a la jornada 41 con un punto de diferencia a favor de los azules.