Vuelve al Tartiere. Después de los triunfos en El Molinón
(0-1) y Santo Domingo (1-2), el Oviedo regresa a casa, donde espera que haya un
gran ambiente. El club azul amplió su promoción de entradas del acompañante al
precio de 10 euros y sacó un abono de 32 euros para los tres últimos partidos
como local.
Y regresa en su mejor momento de la temporada, después de
cinco victorias consecutivas que lo encaraman en la lucha por los puestos de
promoción de ascenso a Primera División. Actualmente el Oviedo es sexto, con
sesenta puntos, tres por delante de la Ponferradina y cinco de Las Palmas, y a
uno del Girona y tres del Tenerife, que son quinto y cuarto, respectivamente.
Ziganda pierde por lesión a Lucas Ahijado, que será baja para
las próximas semanas con una lesión muscular. El navarro recupera a Jirka y
tiene la duda de Borja Sánchez y Brugman. El ovetense estuvo aquejado de un
proceso gripal y el uruguayo arrastró molestias que le mantuvieron al margen del
equipo durante buena parte de la semana.
Se espera que Ziganda introduzca algún cambio respecto al
equipo que venció in extremis al Alcorcón. David Costas podría volver a
la titularidad en detrimento de Tarín, mientras que Jimmy y Sangalli podrían ser
las alternativas a Brugman y Borja Sánchez, si no llegan a tiempo para la cita.
El once titular podría ser el formado por Femenías; Carlos Isaac, David
Costas, Dani Calvo, Pierre Cornud; Viti Rozada, Luismi, Brugman o Jimmy, Borja
Sánchez; Javi Mier y Borja Bastón. En el banquillo estarían Tomeu Nadal (P.S.), Hugo
Rama, Rodri Tarín, Sangalli, Brugman o Jimmy, Samuel Obeng, Joni Montiel, Christian
Fernández, Matheus Aiás, Pombo, Jirka y Mossa. La expedición se concentrará en
el Hotel Monumental Naranco.
El encuentro estará dirigido por el valenciano Caparrós
Hernández.
El rival: C.D. Mirandés
El Mirandés ostenta la decimosexta
posición, con 46 puntos, y seguirá la próxima temporada en Segunda División,
donde continuará bajo la batuta de Joseba Etxeberría que renovó esta semana su
vinculación con la entidad rojillo.
Los burgaleses llegan a Oviedo sin presión, con muchos jugadores jóvenes y
cedidos, inmersos en una buena racha de resultados que les han permitido lograr
una vez más la permanencia en la categoría de plata, a pesar de ser uno de los
equipos más modestos de Segunda.