El partido tenía tintes de final para el Oviedo. La victoria del Girona (1-3), en la noche de ayer en Las Palmas, ponía muy cuesta arriba las opciones de los carbayones, que estaban obligados a ganar para seguir a cinco puntos de la sexta plaza.

Enfrente estaba el Valladollid, uno de los aspirantes al ascenso directo, al que se le puso el partido cuesta arriba con la tempranera y justa expulsión de Raúl Carnero. A partir de ahí se allanó el partido para el Oviedo, que fue superior y tuvo ocasiones para conseguir una victoria más amplia. Los azules supieron buscarle las cosquillas al equipo del exoviedista Pacheta, que sufrió mucho a la espalda de sus centrales. El triunfo tiene mucho mérito, a pesar de estar condicionado por la expulsión de Carnero, puesto que el Valladolid llevaba sin perder desde el 3 de diciembre, 3-2 en Huesca.

Había muchas dudas del sistema que pudiera emplear Ziganda y, de inicio, el Oviedo salió con un 4-3-3. El técnico introdujo tres novedades en el once respecto al equipo que perdió (2-1) en Gerona. Mossa, Jimmy y Obeng dejaron su sitio para Carlos Isaac, Javi Mier y Borja Sánchez, pasando Lucas Ahijado al lateral izquierdo.

El Valladolid dominó en los primeros compases, aunque no hubo ocasiones para ninguno de los dos equipos. El partido tuvo su punto de inflexión en el minuto 12 con una dura entrada de Raúl Carnero sobre Viti Rozada. El lateral zurdo pucelano le clavó los tacos por la parte trasera del tobillo. El colegiado señaló falta, pero, el VAR entró de oficio y las imágenes dejaban a las claras la dureza de la entrada del jugador visitante. Viti pudo regresar al terreno de juego y Pacheta -que protestó la expulsión-, situó a Toni Villa como lateral zurdo provisional, que poco después fue amonestado y sustituido por Nacho. El Valladolid pasó a jugar 4-2-3, con Óscar Plano caído a banda izquierda.

De ahí al descanso tuvo más dominio el Oviedo, pero con poca incidencia en el área. Tan sólo dos remates de Brugman, en el 34 y 45, que no encontraron la portería de Jordi Masip.

Salió fuerte el Oviedo en la reanudación y Lucas, que se prodigó bastante en ataque, puso un buen centro que cabeceó Bastón en el punto de penalti, pero Jordi Masip metió una mano tensa para evitar el gol.  Curiosamente, el portero del Valladolid, se hizo con la titularidad en la victoria de su equipo (2-1) ante el Oviedo, en la penúltima jornada de la primera vuelta.

Dos goles en apenas cinco minutos

El Oviedo dio un paso adelante y trató de que se jugase más cerca del área pucelana. En el 50' le fue anulado un gol a Bastón en un fuera de juego milimétrico que tuvo pausado el partido un par de minutos. Brugman se estaba mostrando cómodo jugando entre líneas y participando en el juego en zonas muy peligrosas, ya lo hizo en la jugada anterior con Bastón y en esta ocasión dio el servicio para que Javi Mier batiese por bajo a Masip.

Los de Ziganda hicieron mucho daño en el juego interior y, en una jugada similar llegó el 2-0, en el minuto 58. Luismi recuperó un balón en la frontal, se asoció con Viti que condujo hasta casi la frontal del área y metió un buen pase interior para el desmarque de Borja Bastón, que batió por bajo a Masip.

El Valladolid reaccionó tras el 2-0 y comenzó a dejarse ver por el área de Femenías, que tuvo un partido plácido. Anuar dio el primer aviso serio con un testarazo que salió desviado, en el minuto 71.

Doble cambio y debut de Hugo Rama en el Tartiere

Las primeras permutas llegaron en el minuto 71. Ziganda reafirmó su confianza por Joni Montiel, que actuó en la derecha e hizo debutar a Hugo Rama como enganche en la posición de Javi Mier, que hasta ahora había tenido una presencia testimonial. El gallego lo intentó nada más entrar con un potente disparo desde la frontal que se marchó alto por poco.

Achuchó el Valladolid, que empezó a presionar arriba en busca de un gol que le metiese en el partido, ante un Oviedo que trataba de rebajar el ritmo al encuentro y que pasasen pocas cosas.

Ziganda buscó jugadores de refresco y en el 83' dio entrada a Matheus y Jimmy en detrimento de Bastón y Brugman, que salieron ovacionados. El Oviedo se aprovechó de la desesperación del Valladolid y tuvo sus opciones a la contra para ampliar su renta. Joni Montiel cerró la cuenta con un potente derechazo dentro del área que se coló por el palo corto. Un gol celebrado con mucha rabia por el madrileño, que se estrenó como goleador oviedista.

El Tartiere fue una fiesta en los minutos finales y ovacionó al equipo, a pesar de que con la victoria, el Oviedo sigue a cinco puntos de la quinta plaza que ostenta el Girona. La próxima parada será el sábado (18:15 h.) en Lugo, donde se espera desplazamiento masivo de la afición oviedista, con más de 2.000 aficionados azules en el Anxo Carro.