Ródenas volvió a salir al rescate del Avilés, salvando un punto en la última jugada de un partido que los locales tenían encarrilado hasta el minuto 80. Un autogol y un penalti habían puesto por delante a un Palencia Cristo Atlético que de haber ganado se habría llevado un premio excesivo.

Segunda cita consecutiva en casa para el Avilés, en busca de romper el maleficio y volver a la senda del triunfo en el Suárez Puerta al séptimo intento. Cuando todo apuntaba a que podía lograrlo, el Palencia logró darle la vuelta al marcador con dos goles casi consecutivos. Con poco tiempo por delante y muchos nervios, los avilesinos lograron al menos rescatar un punto en la última jugada del partido.

Mismo dibujo en ambos equipos, el Avilés volvió al 4-2-3-1 con Hualde como novedad en la mediapunta y retoques en el costado derecho de la defensa, debutando Gerard Barri en el lateral y relevando Estellés a última hora a Prendes, con un proceso febril.

Los blanquiazules salieron un punto por encima de su rival e iniciaron las hostilidades a los 8 minutos, con un envío de Ródenas desde la izquierda que Cedrick no llegó a rematar por poco. Los visitantes se fueron soltando tímidamente e inquietaron la meta local a los 19 minutos con un intento picado de Frodo en una jugada sin demasiado peligro aparente.

Los avilesinos presionaron bien arriba y no abusaron del juego por el medio, buscando soluciones por las bandas y especialmente por la izquierda de Juanmi Carrión. Por parte palentina, también la banda zurda tuvo mayor protagonismo, con Edu Gallardo como hombre más activo.

El Avilés logró abrir la lata a los 36 minutos, tras una combinación a la altura del semicírculo de la frontal entre Natalio y Hualde, que finalizó con habilidad el mediapunta navarro, estrenándose como goleador en liga con los avilesinos.

Poco después, el mismo protagonista remató demasiado alto un servicio de Ródenas desde la derecha, aunque fue el conjunto palentino el que acabó apretando antes del descanso, probando fortuna con un disparo lejano de Álvaro que atajó sin problemas Davo y con una diagonal para Frodo, que bajó bien el balón e intentó la vaselina sin éxito para poner fin a los primeros 45 minutos.

El Palencia adelantó líneas en los inicios de la segunda mitad pero apenas generó peligro, careciendo de frescura y de continuidad en su juego para equilibrar el marcador. Fue el local Morcillo el que primero tiró entre los tres palos, con un lanzamiento de falta desde la frontal que detuvo Guille sin complicaciones.

Los visitantes recobraron fuelle con sus primeros cambios, obligando a recular a un Avilés que recibió un golpe duro superados los 80 minutos, tras un saque de esquina de Diego prolongado de cabeza en el primer palo por Frodo y que se coló entre una maraña de jugadores, impactando en la pierna de un zaguero avilesino, que según el acta del colegiado fue Morcillo.

Más duro fue todavía el penalti señalado dos minutos después, por una mano de Gerard Barri interceptando un centro de Rafa Gómez desde la izquierda. El ex del Langreo Álvaro Gómez no titubeó en el lanzamiento y puso por delante a los suyos, que sin apenas haber tirado a puerta acariciaban un valioso botín.

El Avilés, noqueado y sin casi tiempo para reaccionar, apenas generó ocasiones en el agónico tramo final, pero aprovechó su último cartucho para salvar un punto en el quinto y último minuto de prolongación. Sergio García ejecutaba una falta desde la derecha y Ródenas se adelantaba a todos para cabecear al fondo de la red, sellando una igualada que dejó a ambos a medias.

Un guión bastante similar al choque ante el Bergantiños que cerró el año 2021 en el Suárez Puerta, con Ródenas de nuevo como “salvador”, arrancando al menos algunos aplausos a una afición local que sigue sin saborear las mieles del triunfo desde el ya lejano 7 de noviembre.

Los blanquiazules siguen mirando de reojo a una zona peligrosa que se aprieta cada vez más, los próximos tres partidos ante Arosa (próximo domingo en A Lomba a partir de las 17 horas), Langreo y Ceares se antojan claves para definir el grado de preocupación con el que se afrontará el último tramo de competición.

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