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El veterano de la bandera

Viernes 4 de marzo de 2022
G. Bañó
Fotos:
Fierros

A sus 57 años, Fernández Veiras, es el colegiado más antiguo del Comité Técnico de Árbitros de Asturias. Sigue haciendo de asistente en categoría regional.

Desde enero de 1986 que hizo su primera línea en El Candín y hasta ahora, Fernando Fernández Veiras es un clásico en las designaciones arbitrales semanales. En 36 años tan tuvo unas semanas de ausencia por alguna lesión muscular y por una fractura en la mano por la que tuvo que estar escayolado.

"Mi primer partido fue un desastre, estaba muy perdido"

Tenía 21 años, acababa de llegar de la mili y un amigo suyo, Pañeda, le convenció para que se apuntase al curso de árbitro, "había clase los viernes y el señor Gutiérrez me mandó de línea a un juvenil a la segunda semana". Fue un partido de juveniles en Tuilla, no recuerda el rival, pero sí que "fue un desastre. No hice una al derechas, estaba muy perdido porque no había jugado al fútbol y me costó empezar. íbamos a clase una vez por semana, hora y media los viernes, y nos daban clase Ramón Gutiérrez, Camblor, -un jovencísimo- Mejuto González... eran unas clases muy satisfactorias, nos enseñaban reglamento, colocación, analizábamos jugadas...".

Diecisiete años de asistente en Tercera

Veiras llegó a ser árbitro de Preferente durante dos temporadas y luego pasó al cuerpo de asistentes. Estuvo diecisiete años en Tercera, hasta los 51, "no era una eminencia pero siempre pasaba las pruebas", y ahora sigue entrenando por su cuenta "para no parecer mal por el físico, además de por la edad", bromea. Sale a correr y hace gimnasio durante la semana para seguir en forma, "si pitas algo desde cuarenta metros es fácil que te vengan a protestar,  pero cuando estás encima y se dan la vuelta para protestar ven que estás ahí". Reconoce que con el paso de los años ha cambiado en su forma de tratar con los jugadores, "ya me conocen y saben por donde voy. La edad yo creo que también infunde más respeto", y considera también que en la actualidad "hay más concienciación sobre la labor arbitral, aunque siempre hay alguna excepción".

Está casado y tiene dos hijos, uno de ellos fue árbitro durante cinco o seis años, "pero no le gustó mucho". El mayor "problema" lo tiene con su mujer "que lleva años pidiéndome que lo deje", comenta con humor. Para Veiras, "el arbitraje es una forma de vida a la que estoy acostumbrado. Me motiva mucho que llegue el fin de semana para desconectar del trabajo y también por las relaciones sociales, conoces mucha gente en el mundo del fútbol".

Además de su labor arbitral, preside la Peña Recreativa de Árbitros de Fútbol del Nalón, que fundó Gutiérrez, anterior delegado de la zona de Nalón. "Ahora bajó bastante, somos dieciocho socios, pero llegamos a ser cuarenta. La gente se va retirando y los nuevos no tienen tanta implicación fuera del campo". Entre las actividades de esta peña, además de torneos de fútbol y cartas después de las reuniones, estaba un viaje en Semana Santa por territorio nacional, que aprovechaban para jugar un partido contra árbitros de esa región.

De sus mejores momentos recuerda cuando salía de asistente con Mejuto González por Segunda B a Galicia, Canarias... "hice muchas promociones de ascenso a Segunda B y todas fueron bien, quitando un Cerceda - Segoviana que tuvimos que parar al descanso hasta que llegase la Policía porque tuvimos problemas para entrar al vestuario, pero la segunda parte fue todo sobre ruedas".  Con Mejuto mantiene buena relación y recuerda que en una promoción, jugada en el campo de El Toralín, le decía que fuese más permisivo con el banquillo, "yo no dejaba moverse a nadie y cuando metieron el gol traté de que no se moviesen mucho, pero él me decía que los dejase celebrarlo un poco, que no pasaba nada".

Además de algún insulto, que cree que "cada vez son menos, porque se rebajó la hostilidad y antes era peor ir a arbitrar", sufrió una agresión cuando arbitraba una fase de ascenso a Primera Regional, concretamente un Ujo - Covadonga. Ganaban 0-2 los ovetenses en la primera parte "y al pitar una falta en contra del Ujo, mientras apuntaba, un jugador local me agredió y tuve que expulsar a unos cuantos, pero acabé el partido". La cosa acabó en los juzgados, "yo no denuncié, fue a instancias de la Guardia Civil, que estaba presente en el partido...", y Veiras ganó el juicio.

Cree que el ambiente en el estamento arbitral ha cambiado, "ahora cada uno va más por libre, antes hacíamos más piña. Salíamos dos tríos o tres por la zona de oriente y luego nos juntábamos a cenar en Nava, por ejemplo, ahora se perdió un poco eso". Veiras destaca que ahora empiezan muy jóvenes, "tenemos árbitros desde los 13 años, pero luego algunos lo tienen dejan por motivos laborales, porque cuesta compatibilizarlo".

A sus 57 años recién cumplidos, tiene pensado mandar una carta al Comité de Árbitros ofreciendo su retirada por si consideran que "ya no soy de ayuda", aunque tiene claro que por él seguirá arbitrando mientras pueda. Una vez cuelgue el silbato le gustaría seguir vinculado, aunque no como informador. De momento, este fin de semana, además del fútbol base, estará de asistente en el partido que disputarán el San Claudio y el Candás en Regional Preferente.

 

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