Meritorio empate sin goles para el conjunto luanquín que fue mejor hasta el descanso y que supo aguantar las acometidas del Pontevedra en la segunda mitad. Los de Ángel Rodríguez se quejaron del arbitraje del castellano Mate Rincón.

El Marino tuvo muchos motivos para marcharse contento de Pasarón. Un empate sin goles en el terreno del equipo más goleador del grupo y claro aspirante al ascenso directo y además, logarlo tras realizar un buen primer tiempo y después de soportar todos los intentos ofensivos del cuadro granate, es motivo sobrado de celebración.

En el recuerdo quedará la polémica que hizo estallar a los locales tras un gol anulado a Charles, previa posible falta de Yelco Pino a Aramburu o las reclamación de dos penaltis en ese segundo periodo por unas manos en el 76'y en el 89' por un derribo a Brais Abelenda. Puestos a mirar, en el 10', hubo otra jugada polémica en una caída de Steven ante Víctor "Churre" que solo protestaron la veintena de seguidores animosos del Club Marino.

Manel Menéndez no pudo sentarse en el banquillo por sanción, el preparador físico Pablo Fernández dio las instrucciones desde la banda, Sergio Ríos no viajó por lesión e Iván Fernández que se encontraba sancionado, estuvo en la grada arropando y animando a los suyos.

El Marino hizo su apuesta más atrevida y le quitó el balón al Pontevedra. Con Charles y Brais Abelenda desconectados y con poca progresión de Alex y Rubio en las bandas, los de Ángel Rodríguez sufrían. En un contragolpe rápido, Delgado lanzó a Steven que cayó dentro del área, en esa pugna con el capitán local. El árbitro mandó seguir. Rubio se encontró con la respuesta de Aramburu en el 15' y en ese clima de juego atascado de los granates y de mejor manejo y posesión del cuadro luanquín, concluyó el primer periodo.

La continuación ya tuvo otra lectura. A decir de la gran mayoría, por nombres y presupuesto, los futbolistas del Pontevedra marcan muchas diferencias y se hicieron con el balón. De ese modo fueron arrinconando al Marino. Brais Abelenda en el 54' ponía un disparo seco que rozó el poste visitante. Diego se plantaba ante Cacharrón en el 56', acción que quedó invalidada por fuera de juego. En el 62' Aramburu salvó un gol cantado, en un mano a mano con Alex González, tras una cesión defectuosa de Lora.

Ángel Rodríguez metió a Rufo, retiró a Araújo y Alex pasó al carril izquierdo. En el 69' llegó ese gol anulado a Charles. Si el árbitro lo hubiese validado, simplemente las protestas hubiesen cambiado de bando. Yelco Pino quedó quieto, Aramburu chocó con él, despejó de puños y el árbitro interpretó falta al guardameta ante la desesperación de los locales que consideraron merecedor de gol el remate de Charles.

Los gozoniegos sufrían y el Pontevedra creyó que el gol llegaría por inercia. El público de Pasarón lo reclamaba todo, hasta una posible mano de Trabanco en el 76'. Charles tuvo el empate en el 77' y acto seguido se lesionó. Luis Morán probó una vaselina en el 87' y en el tramo final hubo muchas interrupciones. Los locales estallaron en el 89', cuando Brais Abelenda cayó ante Trabanco dentro del área. Las imágenes pueden dar a entender penalti, pero Mate Rincón no lo señaló. El colegiado se armó un pequeño lío después, a instancias de un ayudante de línea, no permitiendo el último cambio del Marino por considerar agotadas las tres ventanas. Al final Morilla pudo ingresar al terreno de juego y el partido llegó hasta el minuto noventa y nueve.

El Pontevedra lamentó el arbitraje y el Marino sigue en ese suma y sigue, a la espera de recibir el próximo domingo en Miramar a la S.D. Compostela, a partir de las 17 horas.

Aficionados del Marino y del Pontevedra en la previa del encuentro.