Se cuentan con los dedos de la mano las mujeres que hay al
frente de clubes en el fútbol asturiano. Dos de ellas están en equipos de
Tercera, Mónica García en el Mosconia y Eugenia Menéndez, presidenta del Urraca,
que afirma no haber tenido problema alguno, "al contrario, a veces me siento muy
arropada". Sobre la relación con su homóloga moscona comentó que se llevan de
forma extraordinaria y están en contacto habitualmente.
Eugenia Menéndez es tinetense de nacimiento, pero afincada en
Posada de Llanes desde hace diecinueve años.
Su pasión por el fútbol viene de familia, por su marido concretamente,
Javier Rodríguez, que ocupa el cargo de tesorero, "la cita del domingo con mi
marido era en La Corredoria", bromea. Tomó las riendas del club en febrero de
2018 al ser la única candidata a la presidencia, sucediendo a Juanjo González.
Considera que el balance de estos cuatro años está siendo "muy positivo. El
primer año fue bastante duro por la situación en la que encontramos el club,
tanto económica, como en la liga. Estábamos en una categoría inferior, fuimos
trabajando, creciendo, potenciando el fútbol base y poco a poco conseguimos más
apoyos y poner al primer equipo en Tercera, que es donde debe estar. Estoy muy
agradecida a la gente que creyó en mí desde el principio y que son mi paño de
lágrimas".
El Urraca cuenta con unos 180-190 jugadores y cada vez tiene
más demanda, asegura su presidenta, que presume orgullosa de que el equipo
juvenil "compite por primera vez en Liga Nacional y está peleando por la
permanencia, igual que el filial en Primera Regional". Del primer equipo comentó
que "al principio esperaba que estuviera más arriba, pero ahora veo un equipo
para salvarse porque todos los rivales están compitiendo muy bien".
Eugenia Menéndez tiene claro que el momento más duro de esta
etapa fue "al principio, porque encontramos el club en una situación bastante
difícil. El primer equipo estaba en puestos de descenso a Preferente y
económicamente no estaba la cosa bien. Ese período de transición de la anterior
presidencia fue el momento más complicado". Una etapa contrapuesta a la actual,
en la que está disfrutando con el fútbol. Aunque su momento más feliz fue
"cuando quedamos campeones de Preferente y jugamos la Copa del Rey en Becerril
(Palencia). Fue la primera vez que lloré en un partido de fútbol, me emocioné
cuando vi llegar a casi trescientas personas de Posada y luego también por el
resultado. Ese día pasará a la historia del Urraca".
La pandemia "fue un momento muy duro, sobre todo por el parón
y cuando la gente no podía entrar en los campos. Era un momento en el que
parecía que nos íbamos a estabilizar económicamente y fue un bajón, pero hemos
tenido ayuda y lo hemos ido solventando". Ahora tiene previsto convocar
elecciones a final de temporada y ya tiene decidido que optará a la reelección,
"el club está saneado y funciona bien, trataremos de seguir en la misma línea.