Ni jugando mejor que el rival, ni mereciéndolo, ni adelantándose, ni en superioridad numérica gana el Sporting. Diez jornadas lleva sin ganar un equipo, que hoy volvió a ser ese conjunto ambicioso, que encara, que domina, pero que también adolece de lo de siempre: eficacia arriba y evitar el fallo tonto atrás, que además siempre se traduce gol en contra.

Salió dominador el conjunto gijonés, con un centro del campo creativo formado por Pedro Díaz y Nacho Méndez. Los catorce futbolistas que participaron demostraron que el equipo está muy vivo y, con su actitud, que van a muerte con su técnico. Esta mejoría en el juego y el apoyo del grupo son los grandes avales para pensar que David Gallego acabará la primera vuelta como técnico rojiblanco. Mañana se tomará la decisión definitiva pero en el ambiente se palpa que el de Suria tendrá una semana más reconducir la situación.

La primera parte fue de claro color rojiblanco, pero le cuesta demasiado marcar. Fran Villaba, se encontró con un balón franco en el segundo palo, pero disparó mordido en una clara ocasión para adelantarse. Superó la decena de saques de esquina en el partido el bando local y en uno llegó la más clara del primer tiempo. Puma Rodríguez, de primeras y de espuela, disparó desde el primer palo, haciendo una buena parada Andrés Fernández. Xisco Muñoz se dio cuenta pronto de que el planteamiento inicial, sin un nueve puro, no era el adecuado y suplió a Cristian Salvador al poco de superar la primera media hora. Los oscenses solo tuvieron un intento de chilena de Marc Mateu en todo el primer acto.

La segunda mitad traería pronto el 1-0. Tras un saque de esquina ejecutado en corto, un centro posterior de Kravets y un despeje a la frontal del Huesca, apareció Pedro Díaz para enganchar con el exterior de su pie derecho un balón espectacular que se coló en la portería rival. Sacó su fúsil el sierense, que fue el más destacado esta noche.

Las numerosas llegadas locales no se traducían en goles y el Huesca buscaba inquietar con la presencia de Pitta y Gaich, dos nueves que amenazaban el marco de Mariño, sin encontrar eso sí ocasiones peligrosas, más allá de un disparo del argentino que se marchó desviado. El partido parecía encarrilarse del todo tras la expulsión de Ignasi Miquel. El central vio la segunda amarilla de forma rigurosa tras bracear cuando tenía el balón controlado.

Con 1-0, en superioridad numérica y quedando quince minutos parecía todo hecho, pero este Sporting siempre se pega un tiro en el pie, que además tiene la mala suerte que el impacto, siempre se traduce en gol. En un córner a favor sacado en corto, un mal envío de Pablo García propició una contra rival, donde hubo un mal repliegue y mala toma de decisiones. Tres hombres bajaban, dos se fueron hacía Joaquín, no hicieron falta, centró y Guille Rosas, que ni fue ni se quedó, vio como Seoane llegaba desde segunda línea para cabecear a la red ante un Mariño a media salida. Demasiadas facilidades en el fútbol profesional.

Quedaba tiempo y lo intentó el Sporting, pero sin acierto como casi siempre. Tampoco acudió al rescate el trío arbitral con una clara mano de Florian Miguel en el área que no castigaron como penalti. Con los locales intentándolo, Pedro Díaz probó en dos ocasiones desde la frontal, casi llegó el 1-2, pero Buffarini no acertó a marcar tras una acción por banda izquierda.

Al final reparto de puntos que no saca de pobre al Sporting, manteniéndolo en una preocupante racha: Tres puntos de los últimos 30. No gana en liga desde el 16 de octubre. Las sensaciones, hoy si, invitan a pensar en que Gallego seguirá siendo entrenador del Sporting, en una semana con doble compromiso y que comenzarán a preparar mañana a las 11:30h en Mareo.