Llegaba el Marino a La Albuera con una buena tarjeta de presentación, avalada por los tres triunfos consecutivos. Cada partido tiene un guion particular y, viendo el inicio, pocos esperaban lo que iba a deparar un choque que se preveía igualado y propicio para los de Luanco. La ausencia de Morilla derivó en la titularidad de Dailos, como única variante con respecto a las últimas jornadas.

En Segovia todo empezó del mejor modo para los de Manel Menéndez que a los 10 minutos se ponían por delante en el marcador, tras una recuperación y después de que Diego se sacase dos regates magníficos y un disparo raso y cruzado que sorprendió a Carmona. Los gozoniegos cedieron toda la iniciativa a un equipo que no era capaz de hacerles daño, hasta que un buen pase de Cidoncha habilitó a Manu Olmedilla, al filo del descanso, para lograr la igualada.

La puesta en escena de la segunda mitad no pudo ser peor para el cuadro luanquín. Tras el segundo lanzamiento desde la esquina a cargo de Szymanowki, llegó un penalti como todos discutible y discutido. El árbitro riojano Ojeda Beaumont consideró mano de Trabanco y el mejor de los locales, Cidoncha marcó de penalti. La puntilla llegó poco después, en otro corner que cabeceó sólo y certero el central Mansour. Los de Manel Menéndez habían regalado su ventaja, ante un equipo que estaba herido y que encontró las soluciones en el desacierto del Marino.

Trató de reaccionar el equipo azul, con una ocasión en el 66' en la que Lora no llegó por poco al remate. Era tarde para retomar el pulso al partido. El reaparecido, tras una lesión larga, Diego Gómez salió en el 90', marcó en el 91' y le anularon otro tanto por fuera de juego en el 95'.

Que poco parecido tuvo este Marino al de los últimos dos partidos en cuanto a carácter, orden y acierto defensivo. Después de ver este encuentro, la sensación que queda es que con un poco más, los luanquinos hubiesen prolongado su racha de resultados. Cierto es que el penalti declinó el marcador a favor de los segovianos, pero esto no debe de despistarnos a entender que desde el momento del 0-1, los locales manejaron el balón con escasa oposición y solo se encontraron con el obstáculo de sus propias limitaciones.

La Segoviana iguala a puntos con los de Luanco que siguen fuera de los puestos de descenso. El Marino no tuvo su día y no le queda otra que hacer borrón y cuenta nueva para recibir el próximo domingo, a las 17 horas en Miramar, a un rival directo como el Coruxo.