El de este mediodía, era un partido importante para el Llanera, pues se hacía perentorio el triunfo después de cuatro partidos consecutivos perdidos. Además de continuar sin conocer el triunfo como local en el Pepe Quimarán dentro de esta categoría, donde además otrora era su fortín.

El Llanera alarga así su racha de desilusiones ante su afición y en su campo ya que tras cinco partidos, no sabe lo que es ganar. El equipo vive en una espiral harto peligrosa y de difícil salida, al menos a corto plazo. Y lo que viene pidiendo desde su último y único triunfo en Ceares, es es una victoria.

Aunque fuera con esta premisa, la de este mediodía no se pudo cumplir, pues los primeros quince minutos fueron determinantes, ya que el Leganés “B” se encontró en este corto espacio de tiempo con tres goles a su favor, que dejaron el partido prácticamente resuelto, favorecidos los dos primeros en sendos desajustes defensivos muy frecuentes durante la primera parte. Si con ese marcador en contra ya se pone el partido muy cuesta arriba, las dificultades se acentúan ante un equipo ordenado en defensa y con rapidez en los contragolpes.

No parecía, que al menos de inmediato, el partido iba a tener el cariz negativo que pronto llegó para el Llanera, pues el comienzo se presentaba prometedor ya que los locales conscientes de lo que se jugaban, dejaban ver las buenas intenciones con que llegar a la meta de Valero. Pero fueron esos siete minutos.

 En ese tiempo, una indecisión entre Otía y Espinar que no acertaron a despejar el balón, permitió a Echarri batir a placer a Pablo Díez. Y no quedó ahí la indecisión, pues en el minuto trece cuando Pablo Díez intentó blocar el balón ante la llegada de un atacante que mediaba por él, Otía optó por despejar al centro hacia Alex que solo tuvo que cruzar al poste.

Con el Lega saboreando el gol, llegó el tercero obra de Mario Rivas quien al borde del área chutó con fuerza y colocación ajustado al larguero en un toque de talento, que sorprendió a Pablo Díez, tal vez un poco adelantado. Gol de buena factura del hijo del exjugador azul Antonio Rivas, ahora coordinador del Real Oviedo.

Demasiados goles en tan poco espacio de tiempo con muchos desajustes defensivos locales. Vino el gol de Otía, después una melee en la portería de Valero cuando se jugaba el minuto treinta y hasta entonces el Llanera estuvo a merced del Lega. Los últimos minutos de esta parte el Llanera con más empuje se fue acercando a la portería de Valero pero sin apenas ocasiones claras. En esta parte el Llanera cometió su primera falta en el minuto dieciocho y el Leganés ejecutó su único córner en el cuarenta y tres.

El equipo pepinero salió a contener el marcador durante una segunda parte, donde llevó la iniciativa y la posesión el Llanera, con un corazón alocado y entrega sin reservas, pero que nunca llegó a rematar los balones llegados al área, donde la defensa visitante bien colocada y expeditiva, con tantos centímetros como los delanteros locales, desbarataban los estériles intentos locales. A poco de iniciarse este tiempo, fue protestada una posible mano dentro del área visitante, que de ser señalada hubiera metido en el partido al equipo local. Matías tuvo dos ocasiones al acercarse con peligro a la meta de Valerio, la segunda en una asistencia de Thompson en la que se anticipó su marcador para echar a córner cuando el delantero se disponía a chutar en buena situación. El Leganés, bien pertrechado atrás, realizó contragolpes con peligro, pero su mira era contener y cerrar huecos tratando de que el balón estuviera lejos de Valerio.

Desilusión en la parroquia local, que no ve ganar a su equipo en casa. Hoy, el Leganés a pesar de no haber sido muy superior, supo aprovecharse de los desajustes defensivos locales y controló el partido cuando le convenía. Sólo ha lanzado un córner y ha cometido diecisiete faltas. El Llanera, lanzó siete e incurrió en trece faltas. La próxima jornada, los de José Luis Rodríguez visitan al Bergantiños a las cinco de la tarde con la imperiosa necesidad de puntuar.