El Marino puede considerar bueno su empate ante la
S.D. Compostela, si bien una serie de variables y
circunstancias merecen ser analizadas y
consideradas. Steven Prieto siguió una acción y tuvo
el premio al quedarle una cesión corta al central
Guille Torres. Fue una de las dos ocasiones de los
de Manel Menéndez en toda la primera mitad ante un
cuadro local que manejó el esférico y que tuvo
ocasiones al filo del descanso. Superada la media
hora, Steven echaba mano al bipceps femoral de su
pierna izquierda, tras una carrera con Álvaro Casas
y tuvo que marcharse, dejando su sitio a Julio
Delgado que se quedó como hombre más adelantado,
ante la ausencia de delanteros puros.
El equipo entrenado por Rodri Veiga salía más
dispuesto en la segunda parte, retirándose un
centrocampista como Samu, dando entrada a un hombre
de perfil más ofensivo, caso de Pablo Durán. Un
activo Escudero pasaba de la banda a jugar por
dentro y un servicio suyo lo aprovechó Primo para
arrancar en el límite del fuera de juego. Borja
validaba su posición y Primo se encontró con la
respuesta de Aramburu y en el rechace la pelota le
volvió a quedar a placer, para lograr la igualada.
Del orden posicional de un 4-2-3-1 con el que ambos
equipos habían iniciado el choque, los gallegos
habían dejado solo un pivote Pablo Antas y tanto
Escudero, como Josiño exigían más a los luanquinos.
De ahí que Manel apostase por dar entrada a César
Suárez para neutralizar ese plus local y con Iván
Fernández buscó velocidad y dar descansos. Luis
Morán se marchaba con la señal de un golpe sufrido
en su ceja derecha y Diego también era sustituido.
Aramburu no pudo ser mero espectador porque en la
primera parte tuvo que interceptar en la misma raya
de gol un remate de Parapar en el 45' y fue este
mismo jugador el que le obligó a otra gran respuesta
en el 57'.
Se acercaba el tramo final y el Compos buscaba el
gol que les diese los tres puntos, pero la paradoja
llegó en las postrimerías. El joven y atrevido
Adolfo dribló a Josiño, entró en el área, recortó a
Álvaro Casas y se encontró con la parada de Pato
Guillén. Pudo ser el 1-2 que también pudo llegar en
el inicio del tiempo añadido. Pato salió fuera de
portería y Guille Pinín buscó marcar desde más de
cuarenta metros al ver el portal desguarnecido. El
meta local pasó por estos apuros y había realizado
una gran parada en el 28' a disparo de Luis Morán,
en esa cronología donde el empate fue un mal menor
para ambos conjuntos, reconociendo que los dos
tuvieron opciones de salir victoriosos.
El Marino sufrió y trabajó para sumar en Santiago de
Compostela y el próximo domingo, a las 12 horas en
Miramar, recibirá al Móstoles, en un partido
importante por aquello de tratar de marcar
distancias con los últimos puestos de la tabla
clasificatoria.