Visitaba al líder el, para muchos, máximo candidato al ascenso de categoría, el Real Oviedo Vetusta. El filial de Jaime Álvarez se plantó en uno de los campos más complicados de la categoría con ausencias notables, sin complejos, y demostrando que la plantilla se amolda a cualquier escenario.

Arrancó como un ciclón el conjunto carbayón, sacavera mediante, con balones a un Javi Cueto que dio una exhibición durante todo el choque. Lo intentó Conceiçao con una volea que sacó Javi Torres pero, la más clara fue para el Tuilla. Disparo tremendo de Nico Arce que se fue rozando la cruceta izquierda de la portería de Nacho. Perdonaron los de Manolo Simón, y lo pagaron en la siguiente acción. René Pérez avanzó, dividió, y desde veinticinco metros envió un zapatazo a la red ante el que sólo pudo hacer la estatua Javi Torres.

Mazazo para una muy animosa parroquia langreana. Poco después llegaría el segundo golpetazo al mentón tuillense. Pelota parada al segundo palo, otra vez René Pérez cabeceando hacia el corazón del área y Nacho Quintín, él no quería, introdujo la bola en su portería. 0-2. Sin tiempo para respirar, en la siguiente acción, Mangel enganchó para el tercero. Tornado carbayón.

Sólo tres minutos después, y sumidos ya en una vorágine de locura, René Pérez dio un manotazo dentro del área a Prendes que el árbitro vio como penalti. Lo era. Iba Wilmer. Lo tiró de exposición el "9", que puso la esperanza a los locales. A punto estuvo Javi Cueto del cuarto, tras retratar a Beni en banda y vaselina maravillosa que sólo el larguero pudo escupir fuera. Fue la ultima. 1-3.

La segunda parte no sería ni por asomo parecida en cuanto a intensidad. El Tuilla avanzó líneas y lo intentaba, pero sin llegar con peligro. La entrada de Acerete dio un extra a los de Manolo Simón, ya que provocando faltas y cartulinas a través de regate y desbordes, agitó la coctelera. Cómodo el Vetusta con los ataques estériles locales, pudo matar en la casi última del choque, donde a la contra, Javi Cueto condujo y cuando se encontraba junto a Álvaro Pedregal solo ante Javi Torres, la asistencia a su compañero fue más bien una venganza, presa del esfuerzo físico del partido.

Al final, victoria de entidad y categoría de un filial azul que sigue demostrando que la derrota en Mieres fue un borrón en una hoja de servicios impoluta. Por su parte, el Tuilla busca seguir con la dinámica que le llevó a llegar al día de hoy con nueve de nueve.

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