El Ceares consiguió su primer título de liga en
Tercera División y se estrenará la próxima temporada
en Segunda RFEF. Tres protagonistas hacen balance de
la temporada.
Ir a un partido en La Cruz y
salir sin tararear una de las originales canciones
de los aficionados del Ceares es labor harto
complicada. Una de las más pegadizas recita un lema
muy apropiado para la situación: "...somos el
orgullo de Xixón...". Y esa es la realidad. El
triunfo del domingo fue el triunfo de un club muy
arraigado en su barrio y también el triunfo del
fútbol modesto -o popular como a sus aficionados les
gusta llamarlo-. No cabe duda que este logro del
Ceares pasará a la historia del fútbol asturiano,
por lo que supone para un club humilde acabar
campeón de Tercera, por delante de transatlánticos
como el Caudal o Real Avilés con presupuestos que
duplican o incluso triplican lo que gastaron los
gijoneses en su primer equipo.
La hazaña del Ceares no es
comparable a la del R.C.D. Oriamendi, que en la
temporada 1939/40 jugó en Segunda División y fue,
junto al Sporting, el único equipo de Gijón que
llegó al segundo nivel del fútbol español, aunque
fuera por una cuestión de nepotismo político. Pero
en Segunda B no hubo ningún equipo gijonés que no
fuera el filial sportinguista y para encontrar un
equipo gijonés en el tercer nivel del fútbol
español, excluyendo al Sporting 'B', hay que
remontarse a la antigua Tercera División. El fútbol
nacional se reestructuró en la temporada 1977/78 con
la creación de la Segunda B escalón intermedio entre
la Segunda y Tercera División, algo similar a lo que
ocurrirá este verano con la creación de la Primera y
la Segunda RFEF.
El merecido triunfo logrado el
domingo en el Nuevo Nalón pasará a la historia del
Ceares. Primer título de liga y además boleto para
estrenar la nueva Segunda RFEF, que permitirá ver
por La Cruz a equipos de entidad de fuera de la
región que militarán en esta categoría. Por el
momento no se conocen todos los equipos que
militarán en esta cuarta división del fútbol
español, donde coincidirán con asturianos como el
Langreo, Marino o Llanera, a la espera de saber si
se salva el Vetusta y/o Lealtad, y quién se
convierte en el tercer acompañante procedente de la
Tercera División a finales de mes.
El Ceares batió además su mejor
registro, la tercera posición conseguida en la
temporada 2013/14 con Nacho Cabo en el banquillo y
con tres jugadores de la plantilla actual: Kike
Martínez, Aitor Cañedo y Juan Carlos. Esa campaña
fue la tercera de esta nueva directiva que iniciaba
un nuevo proyecto liderado por Alberto Álvarez como
presidente, en el que cambiaron por completo la
filosofía del club.
Íñigo
Arza: "El fichaje de Pablo Busto es el que lo marca
todo"
Buena culpa del resurgimiento del
Ceares en estos últimos años ha sido la entrada de
savia nueva a la directiva del club. Entre ellos,
siempre al pie del cañón, está Íñigo Arza, que
disfruta todavía del éxito conseguido el pasado
domingo.
Arza considera que "el fichaje de
Pablo Busto es el que lo marca todo. Tenía
experiencia en equipos punteros de la categoría y
logró ascensos a Segunda B como segundo entrenador,
y ya como primer técnico a Preferente con un equipo
modesto como el Racing La Guía. Tiene un currículum
muy importante para su edad. Fue una apuesta similar
a la de Nacho Cabo o Miguelín, para nosotros el
riesgo no existía".
Destacó el papel de la plantilla
en una temporada en la que apostaron "por gente
seria, trabajadora, con ilusión y con buenas
referencias en lo personal. El vestuario fue clave".
Ensalzó también el buen trabajo del equipo en los
partidos, "cualquiera que viera alguno se dará
cuenta. Se ocupa el campo muy bien, está muy claro a
lo que jugamos, si se da un balón largo se da donde
tiene que ir y está todo trabajadísimo. Ves la
plantilla y quizá no te llamen la atención muchos
jugadores, pero Pablo y su cuerpo técnico han
convencido a veinte tíos de lo que hay que hacer".
Juan Carlos:
"El buen ambiente fue más del 70% del éxito"
Algo muy poco habitual en Tercera
División es que un jugador milite diez temporadas
consecutivas en el mismo equipo. Ese es el caso de
Juan Carlos, que llegó en verano de 2011 procedente
del Ribadesella. Y llegó para quedarse, "diez años
dan para mucho, hemos tenido temporadas peleando
hasta la última jornada por salvarnos, para jugar la
Copa Federación y también dos fases de ascenso",
esta última con éxito.
Ya han pasado varios días, pero
un éxito así permite al gijonés seguir disfrutando
de lo conseguido, "todavía no lo asimilamos, es
momento de disfrutar y celebrarlo. Hemos sobrepasado
con mucho los objetivos iniciales. Si nos dicen esto
a principio de temporada nadie se lo hubiera creído
y si al ascenso le sumas quedar campeón, la mayoría
se hubiera echado a reír", reconoce con humildad.
Precisamente esta ha sido una de las claves en esta
temporada de diez, gracias a la humildad, al
esfuerzo, al trabajo y más trabajo... ¡la que hemos
liado!". No duda en señalar que "el buen ambiente
del vestuario, en el que incluyo al cuerpo técnico y
la directiva, fue más del 70% del éxito".
El Ceares comenzó con buenos
resultados desde el inicio y llegó a jugar cinco
partidos en apenas dos semanas, "nos metimos en una
rutina de preparar cada jornada como si fuese la
última y veíamos cada victoria como tres puntos
menos para conseguir la salvación". Las semanas iban
pasando, el Ceares seguía arriba "y comenzaron las
bromas con el míster. Lo empezamos a llamar Zidane
porque jugábamos mal y ganábamos, jugábamos bien y
ganábamos también... y empezamos a decirle que a ver
si iba a conseguir otro ascenso como con el Racing
La Guía... y así sucedió". Esta temporada, por la
peculiar situación general, muchos equipos
entrenaron los sábados, "nosotros esperábamos casi
como una rutina la bronca del míster para que no nos
relajáramos y le funcionó a la perfección. Después
de 30-40 minutos de charla, de explicar las
estrategias o algún aspecto individual... salíamos a
calentar y siempre faltaba gente que tenía alguna
tutoría particular con el míster, o alguno que
seguía en chapa y pintura con el fisio".
Por ponerle un pero, lamenta que
debido a la situación epidemiológica "no se ha
podido ver La Cruz repleta, o autocares viajando con
nosotros fuera de casa", algo que se compensa con el
éxito deportivo, "hemos hecho historia. Este es el
primer ascenso y lo hemos conseguido nosotros, y
esto va a quedar ahí para los anales".
Pablo Busto:
"Nadie nos metía en las quinielas, ni nosotros
mismos"
No es la primera vez que Pablo
Busto celebra un ascenso, ya que venía de conseguir
la permanencia con el Racing La Guía, que había
ascendido la temporada anterior. También lo
consiguió a Segunda B, con el Langreo en la
temporada 2013/14, cuando hacía las veces de
ayudante de Pablo Lago. Ahora es el técnico de moda
en Tercera División, aunque reconoce que al
principio de temporada "nadie nos metía en las
quinielas, ni nosotros mismos".
La clave cree que fue formar "un
equipo muy competitivo, con mucho carácter y
personalidad. La gente que se adaptó muy bien a mi
forma de trabajar y el grupo humano se consiguió
desde el primer momento. La gente disfrutaba
yendo a entrenar y con la exigencia, esta fue una de
las claves del éxito. El buen ambiente fue otro de
los secretos".