El delantero se disculpó personalmente con el
presidente del club Miguel Marcos, tras el incidente
ocurrido en el partido de ayer después de su
expulsión.
El Lenense - Urraca acabó con un empate (1-1) que,
por la situación de ambos equipos, no fue lo más
reseñable del choque.
Ramonín resultó expulsado en la segunda mitad por
protestas al colegiado y posteriormente ocurrió algo
que afortunadamente es poco habitual en los campos
de fútbol. El delantero se retiró enfadado y
lanzó la botella de agua contra el vestuario, por lo
que recibió un comentario de un directivo local.
Ramonín se dirigía a por él y a su paso salieron
Gerardo Noriega, director deportivo del Urraca, y
Miguel Marcos, presidente del Lenense, que recibió
un golpe de refilón en su intento de tranquilizarle.
Este calentón no ha sido plato de buen gusto para
Ramonín, un clásico de la Tercera División, que esta
mañana se puso en contacto con el presidente del
Lenense para pedirle disculpas, algo que también
quiso hacer de forma pública. El delantero sabe que
su reacción fue un error, no pasó un buen día tras
el incidente, y más sabiendo que presenciaban el
partido varios familiares y su hijo de 7 años, que
juega con los prebenjamines del C.D. Llanes.
Ramonín comentó que la expulsión llegó "tras una
jugada en la que me hicieron falta y el árbitro no
pitó. Protesté, me sacó amarilla, me cagué en Dios y
el árbitro terminó sacándome la segunda". Luego
reconoce que "me encendí y dije lo que no tenía que
decir, aunque en ningún momento lo amenacé de que lo
iba a matar, ni fui a por él. Dije cosas que no
tenía que haber dicho y fui al vestuario". Después
cogió un botellín de agua que tenía en el banquillo
"y fui al vestuario sin dirigirme a nadie. Antes de
llegar al vestuario azoté la botella contra la
pared, mal hecho por mi parte, pero no rompí nada, y
un directivo vino a ofrecerme hostias... yo le dije
que viniera. No me encaré con nadie hasta que vino
él donde estaba yo. Luego vinieron Gerardo y Miguel,
que no sabía ni que era el presidente del Lenense, y
nos intentaron separar, pero yo al bracear debí
darle en la cara, aunque en ningún momento quise
agredirlo, me enzarcé con el otro directivo".
Esta mañana telefoneó a Miguel
Marcos para disculparse, "le dije lo que sentía, que
fue un calentón y me dijo que aceptaba las
disculpas, que lo había pasado mal ayer y que
agradecía la llamada". Ramonín, que en julio
cumplirá 34 años, lleva tiempo valorando el colgar
las botas "y la sanción puede que me anime a ello".
El riosellano concluyó indicando que pasó un mal día
y que "dentro del campo de fútbol puedo dar una
imagen de algo que no soy".
Miguel Marcos agradeció la
llamada de Ramonín y confesó que también pasó un mal
día después del incidente de ayer. El presidente
lenense aceptó las disculpas y da el tema por
zanjado. Por su parte, la presidenta del Urraca,
Eugenia Menéndez, también telefoneó a Miguel Marcos
esta mañana lamentando lo ocurrido. Mañana martes se
conocerá la sanción que le asignará el Juez Único de
Tercera División.