En Miramar ocurrieron
algunas cosas y otras a
punto estuvieron de
suceder, para acabar con
un cero a cero que puede
entenderse como lógico,
tras una valoración
objetiva y global del
encuentro. El marcador
no se movió, pese a que
los de Manel Menéndez
perdonaron situaciones
claras en la segunda
parte. El Compostela
estuvo cómodo con el
balón y sufrió sin esa
posesión, pero tuvo una
oportunidad magnífica
para ponerse con el 0-1.
Una cesión temeraria de
Nacho Matador, acabó en
el penalti señalado por
derribo de Aramburu
sobre Brais Abelenda. El
meta local acertó ante
el lanzamiento de Juampa.
En el añadido, César
Suárez se lesionó en la
clavícula y no pudo
terminar el encuentro.
El centrocampista
abandonó el campo con el
brazo en cabestrillo,
tras recibir las
atenciones de Julio
López y de Diego Artime,
médico y fisioterapeuta
del Marino,
respectivamente.
Un punto logrado se
antoja poca renta para
un Marino que está ahora
a ocho y nueve puntos de
los puestos con premio.
Restan cuatro jornadas,
las matemáticas aún
permiten soñar, si bien
la realidad que tienen
asegurada los de Manel
para estar en la futura
Segunda División de la
RFEF, satisface
sobradamente.
Ambos entrenadores
hicieron cambios en sus
onces iniciales. En los
locales, Aramburu, Iván,
César Suárez y Enol
reemplazaron a Chechu
Grana, Borja Álvarez,
Lora y al lesionado
Mendi. En el cuadro de
Santiago, Pereira,
Guille Torres, Baleato y
Samu fueron las
novedades con respecto
al equipo que perdió
ante el Numancia.
El partido se inició sin
sobresaltos, hasta el
9’, cuando el Compostela
avisó con un disparo de
Baleato fuera, tras una
buena acción colectiva.
Poco después, Bicho
chutó al palo corto y
salvó Aramburu. El
cuadro gallego quería el
balón, pero el Marino
fue encontrando el
antídoto para nivelar el
juego. En el 18’ Matador
y Trabanco a punto
estuvieron de rematar en
un saque de esquina y el
cuadro azul botó cuatro
corners en este periodo,
sin acciones de gol
reseñables.
De una primera mitad
anodina, se pasó a una
segunda mitad
entretenida. Brais
Abelenda puso un pase
perfecto a Miki Villar
que chutó a la parte
exterior de la red en el
52’, Bicho mandaba fuera
más tarde y Pato Guillén
sufría ante las cesiones
de sus defesores y la
presión de los
luanquinos. Todo
apuntaba a empate, pero
a los 67’ minutos llegó
una acción arriesgada de
Nacho Matador. Su
cesión, acabó en penalti
y Aramburu celebró que
el disparo de Juampa no
acabase en la red.