El Marino acertó en la manera de
jugarle al Deportivo de La Coruña y evitó la fluidez
combinativa del cuadro entrenado por Rubén de la
Barrera. Los gozoniegos hicieron sentirse incómodo
al líder de este subgrupo. Los de Manel cedieron la
posesión al inicio, pero acabaron la primera mitad y
empezaron la segunda con atrevimiento. Un penalti
que señaló el colegiado cántabro Pozueta Rodríguez,
rompió el buen guión y descolocó el plan casi
perfecto de los luanquinos. Morilla tocó con su pie
izquierdo, el pie derecho de Lara. Por mucho más se
han visto penaltis no pitados, pero Pozueta no dudó
y Miku, que estuvo casi inédito, lanzó desde los
once metros, marcando por la derecha de Chechu
Grana. Luego llegarían los cambios y los intentos de
un Marino que se había hecho acreedor a llevarse un
punto de Riazor.
Un error de Mujaid daba el primer
saque de esquina a los luanquinos que botarían tres
cornes en la primera mitad, frente a solo dos
favorables al Depor. Ese detalle aumenta de sentido
ya que la primera vez que Gontán sacaba desde una
esquina corría ya el 35’. La posesión era para el
cuadro coruñés, pero a estos les costaba llegar y
más aún poner a prueba a Chechu Grana. La defensa
salvó un intento de Miku en el 12’ y una buena
asociación de Gontán y Bóveda, acabó solventada por
zaga visitante. Lara y Raí con constantes permutas
lo intentaban, sin éxito, desde el otro costado.
El Marino fue teniendo cada vez más desparpajo.
Salva Ruíz taponó un disparo de Luis Morán en el 24’
y Alex Arias mandaba fuera en el 34’, tras un
disparo en falta desde la frontal. Los locales
protestaron una caída de Salva ante Luis Morán,
dentro del área, en el 41’ y el primer tiempo se
cerraba con una jugada larga de los luanquinos que
disfrutaron primero de un tres contra tres, para
acabar más tarde con un chut de Alex Arias que
atrapó el meta Lucho García.
Las sensaciones no podían ser
mejores para un Marino que siguió mostrando su lado
ambicioso tras el descanso. Una buena jugada
colectiva, terminó con un centro-chut de Guaya en el
46’. El Depor seguía intentando romper el entramado
de los de Luanco y al filo de la hora de juego
pudieron agarrarse a esa decisión arbitral que como
casi todas, abren un lugar para la polémica. Pozueta
Rodríguez estaba muy cerca y no dudó. Ver la jugada
repetida ayuda, pero no disipa totalmente las dudas.
Lo único objetivo de la cuestión es que Miku lanzó
certero desde los once metros y esa fue la “tabla de
salvación” a la que tuvo que engancharse un Depor
que no veía salida a un partido que se les estaba
atragantando.
Luego, el rumbo ya fueron otro. Lora cabeceó en el
66’ y Lucho detuvo sin problemas, Morilla taponó un
disparo de Gandoy en el 71’ y Manel buscaba
reactivar a los suyos con las incorporaciones de
hombres desde el banquillo. El Marino quiso,
arriesgó y tuvo la suya en el 92’ tras una llegada
masiva que concluyó con un disparo de Orviz que
salió desviado.
El Marino agradó en su visita al Abanca – Riazor, se
queda ahora a diez y ocho puntos, respectivamente,
de las dos primeras plazas y jugará el próximo
domingo en Miramar frente al Compostela, a partir de
las 17 horas.