Qué orgullo, qué demostración de valores, qué ejemplo de lo que es ser un equipo, una piña, durante 90 minutos y al final para celebrar una victoria de mucho prestigio. Un triunfo que te acerca casi irremediablemente a, como mínimo, disputar el playoff de ascenso. Y digo como mínimo, porque no me atrevo a descartar a este equipo en la pelea por el ascenso directo. Porque un equipo que lleva 10 jornadas sin perder, que cuenta con el pichichi, con el Zamora…pues al menos se merece contar con él hasta el final. No será el favorito, pero a eso los sportinguistas les da igual, porque la fe mueve montañas, y este equipo de compromiso, creencia y lucha va sobrado.

David Gallego se plantó en Vallecas con 5 bajas: Saúl García, Gragera y gran parte del potencial ofensivo: Manu García, Campuzano y Djurdjevic. No hay excusas dijo el técnico, a competir. Javi Fuego y Cumic fueron las novedades en once que salió a por el partido, a buscar al Rayo en su campo. Como sale un equipo grande.

Un gol de bandera adelantó al Sporting. Soberbio disparo de Pedro Díaz desde 35 metros que se coló por toda la escuadra. Brillante disparo del canterano, que firmó su tercera diana del curso y adelantó a su equipo en Vallecas. Lo más difícil parecía hecho, porque el equipo defender, defiende muy bien. Pero el Rayo es uno de los conjuntos con más potencial ofensivo.

Y sufrió. Hubo unos 15 minutos en los que el rival le desarboló, que contó con esa pizca de fortuna que le dio la espalda ante el Sabadell o al Alcorcón… Los locales dispusieron de claras ocasiones: un chut lejano de Bebé que despejó Mariño, un cabezazo de Catena que Pablo Pérez despejó sobre la línea, otra intervención de mérito del portero vigués a disparo del atacante portugués, un remate al larguero de Andrés Martín, un disparo desde la frontal de Mario Suárez…

Superados los agobios, y con un cambio de banda en los extremos (Cumic pasó a la izquierda y Aitor a la derecha) el Sporting tranquilizó el juego y firmó un final del primer acto sin sobresaltos. Esta sería la tónica de toda la segunda mitad. Una reanudación que trajo el cambio de Pedro Díaz por una contusión y la entrada de Salvador.

En esta segunda mitad se vio al Sporting de otras ocasiones: el equipo que defiende con mucho orden la renta, lo hace tan bien que ni una ocasión de peligro tuvo el rival, obviando un disparo que casi se le envenena a Mariño. Bloque alto, presión, solidaridad, líneas juntas, mucha basculación…otro ejemplo de lo que ha conseguido moldear David Gallego.

Victoria de autor y de mucho prestigio para el Sporting, que pone un pie, y quizá algo más, en el playoff, ostentando una ventaja de 8 puntos más golaveraje y deja tocado a un Rayo, que con un partido menos, se aleja a 7 más el extra que te da tener una diferencia particular a favor. El ascenso directo, a falta de los duelos del jueves, se sitúa a 5, adelantando hasta ese día, como mínimo, al Leganés en la cuarta plaza. Se acaban los calificativos. Los rojibilancos buscarán prolongar su racha de 10 jornadas sin perder, el próximo domingo a las 14h en El Molinón ante el Mirandés, siempre y cuando no se le vuelva a aplazar el choque al conjunto burgalés.