La
vuelta de Ziganda a los
banquillos, tras dos
jornadas ausente por la
Covid-19, vino
acompañada de tres
puntos. Una victoria
ansiada y muy necesitada
para un Oviedo que
llevaba dos meses sin
ganar, concretamente
desde el 11 de diciembre
de 2020, cuando se
impuso (4-2) al
Tenerife. Desde
entonces, los azules
atravesaron su peor
momento de la temporada,
por juego y resultados,
principalmente por su
nula efectividad en las
áreas.
Esta
noche lograron imponerse
al Lugo, remontando un
tempranero gol y con
tres tantos en los que
tuvo influencia el balón
parado -tan cuestionado
esta temporada-. El
partido tuvo un ritmo
muy lento y fue muy poco
atractivo para el
espectador, con mucha
disputa aérea, juego
directo y un escaso
balance ofensivo. El
Oviedo tuvo más
iniciativa y demostró
más ambición para
conseguir los tres
puntos que terminó
logrando, sin pasar
agobios en el tramo
final.
Ziganda formó con el
mismo once que perdió en
Cartagena la pasada
jornada (2-0), con la
salvedad del lateral
zurdo. Mossa entró en
lugar de Lucas Ahijado,
que empezó en el
banquillo. Su homólogo,
Nafti introdujo
únicamente el cambio
obligado en el once, por
la sanción de Marcelo
Djalo, que vio dos
amarillas en el partido
(1-1) ante el Espanyol.
Diego Alende ocupó su
sitio en el eje de la
zaga, haciendo pareja
con el portugués
Venancio.
El
encuentro comenzó siendo
poco vistoso, sin un
dominador claro y la
pelota estuvo casi más
tiempo por el aire que
por el maltrecho césped
del Carlos Tartiere, que
mejoró respecto a
partidos anteriores,
pero sigue estando lejos
de lo que debe ser un
campo de Segunda
División. No hubo
ocasiones hasta el
minuto 13 en el que se
adelantó el Lugo, tras
una conducción de José
Luis Rodríguez que probó
fortuna desde unos
veinte metros y
sorprendió a Femenías
con un zurdazo cruzado,
que se pegó junto al
palo largo de la meta
azul.
El
Oviedo cambió el chip y
dio un paso adelante,
aunque sin claridad en
su juego. En el minuto
27 consiguió empatar el
partido por mediación de
Tejera, que convirtió un
penalti claro por mano
de Iriome. El capitán
azul convirtió la pena
máxima con un
lanzamiento raso a su
derecha, ajustado al
poste de la portería
defendida por Cantero.
Con
el 1-1 se llegó al
descanso, tras un primer
tiempo de ritmo lento,
con mayor dominio de los
carbayones, pero con muy
pocas ideas de ambos
equipos en la zona más
próxima al área rival.
José Luis Rodríguez, con
sus conducciones, generó
muchos problemas a
Juanjo Nieto. El Oviedo
sólo generó algo de
peligro por la
izquierda, en alguna
acción esporádica en la
que se dejó ver Borja
Sánchez, que estuvo
bastante apagado en
líneas generales, aunque
se entendió bien con
Mossa en las
incorporaciones del
valenciano, que no pasó
apuros en defensa y se
dejó ver en ataque.
La
segunda parte siguió por
los mismos derroteros,
con mucho juego directo
y dos equipos que
pecaban de demasiada
prudencia. Las llegadas
a los áreas escaseaban y
cuando eso ocurre el
balón parado cobra
protagonismo. Así, en el
minuto 63, Nahuel colgó
al área una falta desde
la medular que remató en
el segundo palo,
entrando con todo,
Christian Fernández. El
cántabro lo celebró con
rabia y señaló su
dorsal, en su primer gol
esta temporada, la
quinta ya en la que luce
la elástica azul.
El
Lugo dio un paso hacia
adelante, pero el
partido siguió trabado,
cargado de
interrupciones y con
abuso del juego largo
por parte de ambos
equipos, con numerosas
disputas aéreas, pero
sin fluidez en ataque de
ninguno de los dos
equipos.
Los
dos técnicos tardaron en
hacer los cambios. Nafti
fue el primero y retiró
a Hugo Rama y José Luis
Rodríguez para dar
entrada a otros dos
hombres de ataque como
Christian Herrera y
Chris Ramos. El extremo
zurdo panameño, autor
del primer gol, fue el
más destacado del cuadro
lucense. Poco después,
Ziganda retiró a Nahuel,
asistente en el gol de
Christian Fernández,
para dar más empaque a
la parcela central con
Javi Mier, que actuó
como acompañante de
Blanco Leschuk.
El
Oviedo acabó con cinco
defensas
El
técnico navarro dio
entrada a Carlos
Hernández y Obeng en el
minuto 85, pasando a
jugar con cinco
defensas. El Lugo colgó
balones, pero Femenías
se mostró solvente en el
juego aéreo, disipando
las dudas de partidos
anteriores, y tuvo un
partido bastante
tranquilo.
Juanjo Nieto sentenció
tras un saque de esquina
El
Oviedo no pasó apuros y
consiguió cerrar el
partido en el minuto 88,
tras un córner forzado
por Javi Mier, que fue a
la esquina para que
corrieran los segundos,
como le gustaba al Lobo
Carrasco. El córner
forzado por el canterano
fue botado en corto y
acabó con un centro raso
de Sangalli, desde la
línea de fondo a la
frontal del área, allí
estaba sólo Juanjo
Nieto, que controló y
lanzó un derechazo
ajustado al poste
derecho de la meta
gallega, inalcanzable
para Cantero. 3-1 y
partido sentenciado para
no pasar agobios en los
minutos finales. El
lateral castellonense no
estuvo nada acertado
esta noche, muy
impreciso con balón y
superado en labores
defensivas por el
panameño José Luis
Rodríguez hasta su
sustitución.
El
cuarto y último cambio
de Ziganda fue Viti, que
sustituyó a Tejera
aquejado de molestias.
El capitán sostuvo al
equipo en la medular, en
un partido donde Edgar
estuvo muy desacertado.
Hubo tiempo para poco
más y el Oviedo celebró
con alegría la ansiada
victoria.
Los
azules acaban la jornada
veinticinco en la
decimocuarta posición,
con 31 puntos, seis por
encima de la zona de
descenso que marca el
Cartagena y a diez de la
sexta plaza que ostenta
el Rayo Vallecano. La
próxima parada del
Oviedo será el próximo
lunes en Fuenlabrada,
que aventaja en sólo dos
puntos al equipo de José
Ángel Ziganda.