1.- Real Titánico:
Roberto Pérez; Víctor
Robles (Samu Prieto m.
87), Isaac Martínez,
Milu, Mario Silva
(Pelayo Valles m. 63),
Matheus Serrano (Prida
m. 78), Jairo Santos,
Manu Casariego, Hugo
Sánchez (Dani García m.
87), Garri y Pibe.
3.- Condal Club:
Mateo Helguera; Nacho
Quintín, Hugo Martínez,
Juanma Rodríguez, Álex
Cueva (Pablo Domínguez
m. 81); Álvaro Roces,
Borja Prieto; Natán
Tejada, Miguel Parajón
(Omar Fernández m. 53),
Enzo Contreras (Juanín
García m. 53); Luis de
la Fuente (Iván Álvarez
m. 85).
Árbitro: González
Cueto, asistido por
Suárez Simón y Valdés
Fernández. Delegación de
Avilés. Amonestó a los
locales Amonestó a los
locales Matheus y Jairo
Santos, y a los
visitantes Álex Cueva,
Borja Prieto, Omar
Fernández y al técnico
Dani Roces. Expulsó por
doble amarilla, en el
80', al local Garri.
Goles: 1-0 m. 40
Garri; 1-1 m. 74 Natán;
1-2 m. 77 Natán; 1-3 m.
81 Juanín García (p.).
Incidencias: Las
Tolvas. Mañana nublada y
fría. Unos cien
espectadores.
El Titánico perdió su condición de invicto como
local ante un Condal voluntarioso que siempre creyó
en la victoria. Entraron fríos al partido los de
Adrián González, dando la sensación de tener los
noreñenses una marcha más, pues o bien se
anticipaban en la primera acción o ganaban con
solvencia la segunda jugada. Además, un Real
Titánico fallón facilitaba la presión visitante, que
merodeaba los dominios del meta Roberto sin
concretar en ocasiones claras.
Tras un primer acercamiento visitante en el que Enzo
envió un centro chut que casi se cuela en la
portería lavianesa, el Real Titánico equilibró las
fuerzas guiado por un excelente Garri, que aportó
mucho trabajo defensivo y fue clave en las mejores
acciones ofensivas de los rojiblancos. Así, tras una
fase de imprecisiones de ambos equipos, que parecían
atenazados por la relevancia del choque, fue el
Titánico quien salió beneficiado. Una falta lateral
botada por Jairo Santos al segundo palo acabó en
pies de Manu, quien bregó y se deshizo con acierto
de su marcador para poner una pelota rasa que, tras
tocar en un rival, quedó muerta dentro del área para
que Garri finalizara a gol con calidad y sin que el
meta Mateo pudiera hacer
nada por evitarlo. Era el minuto cuarenta de
encuentro y el Condal, lejos de amilanarse, buscó
pronto el empate con un duro golpeo de falta al que
respondió Roberto con muchos apuros pero con
acierto, aunque el colegiado ya había anulado la
jugada por falta previa en la acción. También los de
González buscaban aprovechar sus opciones para abrir
brecha en el marcador, y a punto estuvo Pibe de
cazar una pelota suelta que se le escapó al
guardameta Mateo tras una arriesgada salida a por un
balón aéreo.
Tras el descanso, el Condal movió piezas para buscar
el empate, empujó al Real Titánico contra su
portería y buscó el gol entrando por banda y
buscando centros al área, aunque los locales se
defendían con solvencia. La primera sin embargo la
tuvo Garri, quien tras una buena internada de Hugo,
remató flojo de cabeza a las manos del portero.
Seguidamente, Omar probó las aptitudes de Roberto
con un gran golpeo a balón parado que se topó con la
intervención felina del portero local. En otro balón
parado, Santos ensayó para Pibe al primer palo
cuando todo el mundo esperaba la pelota colgada,
aunque el remate del ariete no encontró portería.
Entre tanto toma y daca, el local Mario tuvo que ser
sustituido por lesión, y el encuentro entró en una
fase de brega sin precisión que parecía favorecer
los intereses rojiblancos. Sin embargo, rozando la
media hora de la segunda parte, el infortunio se
apoderó del partido para desgracia del Real
Titánico. En un balón colgado desde la derecha que
Robles no acertó a
despejar, Natan se adueñó de la pelota y con un
disparo cruzado batió a Roberto poniendo las tablas
en el marcador. Sin apenas tiempo para digerir el
1-1, de nuevo un balón atrás para el despeje claro
del portero local se convirtió con un bote
traicionero en el 1-2, pues la pelota sobrepasó a
Roberto y Natan, que había ido con fe a la presión,
se adueñó de la bola y finalizó la jugada a portería
vacía. Pero todavía no se habían acabado las
desgracias.
Dos minutos más tarde, Garri cometió penalti y se
iría prematuramente al vestuario tras ver la segunda
amarilla. Juanín, que había revolucionado a su
equipo desde su entrada al partido en la segunda
mitad, anotó con seguridad poniendo el 1-3
definitivo y dejando al Real Titánico muy tocado. De
ahí al final, Pelayo lo intentó con un zapatazo que
se fue lamiendo el larguero cuando el portero ya
estaba batido, pero el marcador ya no se movería
más.