El hasta ahora técnico del Marino, Oli Álvarez
expuso las razones de su marcha y con él se irán
también sus colaboradores Nacho López y Rubén
Suárez. El futuro nuevo técnico vendrá a Luanco con
sus ayudantes.
La sorpresa saltaba estaba mañana con el anuncio de la dimisión de Oli Álvarez
como técnico del Marino de Luanco, en esta su cuarta campaña consecutiva al
frente de los de Miramar. A primera hora de la tarde comparecieron en la
secretaría del club, el presidente Luis Gallego y Oli para aclarar las razones
de esta dimisión que se fraguó en la noche del domingo y que se hizo efectiva en
la mañana de este lunes.
Oli señaló que “Consideré que era el momento de dar un paso al costado por
honestidad. Sabía que Luis Gallego no me iba a cesar, pero no quiero tener esa
comodidad de estar en el cargo. Es una decisión meditada y madurada debido a una
acumulación de cosas. Estoy quemado con la precariedad de las instalaciones. Me
gusta disfrutar e implicarme en los entrenamientos y en los partidos y
últimamente no disfrutaba ni de una cosa, ni de la otra”.
El hasta hoy entrenador del Marino dijo que “Hemos competido bien en un partido
que ha sido el que hemos ganado y debo de hacer autocrítica. A veces un nuevo
entrenador con un nuevo discurso es lo que necesita un vestuario. Una cara
nueva. Aún queda margen de tiempo y cuando se pueda usar Balbín todo podrá
mejorar”.
Oli quiso ser agradecido en su marcha de Luanco: “Luis tuvo la valentía de darme
la oportunidad de entrenar en Asturias y le estoy agradecido. Los jugadores, la
afición y el pueblo de Luanco me han tratado muy bien. Mi equipo de
colaboradores Rubén Suárez, Diego Artime, Tivo, José Luis Arguelles, Hinojosa y
Nacho López que se ha hecho muchos kilómetros conmigo y que ha tenido que
preparar entrenamientos en veinte escenarios distintos”.
Sobre el futuro indicó: “Lo mejor ahora es dar este paso y más adelante si
nuestros caminos se cruzan, perfecto. Me voy satisfecho y siendo mejor
entrenador que cuando llegué. Me quedó con los momentos buenos que han sido
muchos”.
Nacho López no pudo asistir a esta despedida, pero si lo hizo Rubén Suárez que
abandonó Miramar junto a Oli, tras despedirse de todos los allí presentes.
Luis Gallego indicó que “si Balbín hubiese estado disponible hace un mes, Oli no
estaría presentando la dimisión y el equipo estaría en otra situación”. El
presidente del Marino dijo que: “les agradezco el trabajo porque han sufrido el
día a día y se juega como se entrena y evidentemente es complicado preparar los
partidos así”. Luis Gallego añadió: “me duele ver marcharse a Oli después de
todo lo que luchó y consiguió en este club”. En el recuerdo quedaba el ascenso
de Sestao y los partidos memorables de un equipo aguerrido que consiguió
repescar a la afición luanquina.