Ganzábal y el Hermanos Antuña fueron los únicos campos
que alcanzaron el límite de trescientos espectadores
decretado por las autoridades sanitarias regionales.

Directivos del Caudal tomando la temperatura a los
asistentes. El Hermanos Antuña alcanzó el máximo
permitido.
Las autoridades sanitarias regionales acordaron
permitir de nuevo la entrada de público a las
instalaciones deportivas, desde el pasado viernes.
Una decisión que causó revuelo y decepción, por
comenzar un par de días después de que Lealtad y
Llanera jugasen sus respectivos partidos de la Copa
del Rey ante el Alcorcón y el Celta de Vigo. Una
buena oportunidad perdida para que los clubes
pudieran compensar en cierta medida, al menos, a sus
socios y colaboradores.
Los campos de fútbol podrán albergar un máximo de
trescientos espectadores, todos sentados y
respetando las medidas de distancia social. Mientras
tanto, los clubes modestos siguen esmerándose para
llevar a cabo el Protocolo Covid-19 y, a la entrada
de las instalaciones, los directivos toman la
temperatura y los datos a cada asistente.
Posteriormente tienen que tomar acomodo en una
butaca del campo. Ante la falta de asientos en la
mayoría de los campos de Tercera División, los
clubes apuestan por la colocación de sillas de
plástico en el perímetro del campo.

El Nuevo Ganzábal acogió el máximo de espectadores
permitidos por el Principado.
El Langreo - Covadonga fue el único partido del fin de
semana en Segunda B y el último de 2020. El Nuevo
Ganzábal albergó sin problema a los trescientos
aficionados que permite la normativa y el club langreano
destinó estas localidades íntegramente para sus socios,
por orden de antigüedad. La puerta de acceso a Ganzábal
se abrió una hora y cuarto antes, para que no se
formasen aglomeraciones y para salir se abrieron las dos
puertas más próximas al Polideportivo.
Su presidente, Víctor Fernández-Miranda, se mostró
contento por cómo se desarrolló el Protocolo y está
preparando un dossier para enviar al Principado y
solicitar que se aumente a seiscientos el aforo de
Ganzábal, "entiendo que podríamos meter el doble de
gente sin ningún riesgo y nos gustaría que pudieran
entrar todos nuestros socios".
El partido fue deficitario una vez más para el Langreo,
que originó unos dos mil euros de gastos (arbitraje,
seguridad...) y cero de ingresos, al no poder vender
entradas, ni rifas.
El otro campo asturiano que alcanzó el máximo de su
aforo fue el Hermanos Antuña. El Caudal - Gijón
Industrial acogió también a trescientos
espectadores, doscientos setenta socios del Caudal y
el resto directivos y prensa. Esta fue la mejor
entrada de los siete partidos disputados este fin de
semana en Tercera División, que tuvieron una media
cercana a los doscientos asistentes.

El público en Las Tolvas