Si ya visitar al Espanyol suele ser uno de esos partidos marcados en rojo por su dificultad, que decir si ésta llega en unas circunstancias tan adversas para el Sporting: un día menos de descanso, una plantilla mucho más reducida, quinto partido en 15 días, muchas más bajas... Aun así estuvo cerca de obtener un resultado positivo sin hacer un partido como en Mallorca.

David Gallego apostó por un 4-2-3-1 con las novedades de Javi Fuego y Guille Rosas por Álvaro Vázquez y Pelayo Suárez. Tres cambios introdujo Vicente Moreno, que también el mismo sistema.

El Espanyol llevó el peso del partido, con un Sporting sólido, que solo permitía disparos lejanos a su rival. Los gijoneses hoy echaron en falta a Pedro Díaz y tuvo menos control que en anteriores citas. Tampoco Djurdjevic, especialmente en la primera mitad, consiguió descolgar muchos balones, lo que no permitía al equipo ganar metros. Aun así se arreglaron para tener dos buenas acciones de peligro. En la primera no llegó a rematar por muy poco Gaspar en el segundo palo, y después Javi Fuego remató suave a las manos de Diego López.

No cambio el discurrir del choque en la reanudación. El Espanyol siguió encontrando en los disparos lejanos el único camino de hacer daño. Darder o Embarba fueron los más activos en ese registro. Con el paso de los minutos y los cambios, el juego se fue descosiendo. El Sporting pareció dar un paso adelante con la entrada de Pablo Pérez y Álvaro Vázquez, pero no concretaron esa sensación en claras ocasiones y lo acabó pagando. Los números balones parados por Carmona no llevaron el peligro deseado y con una acción tan primaría como un desplazamiento en largo de Diego López llegó el 1-0. Wu Leí ganó la disputa a Babin, Raúl de Tomás combinó con Puado y el control de éste, largo, se transformó en un envío medido en el área al atacante chino que batió a Mariño. El Sporting moría en la orilla.

Lo que sucedió en el descuento bien merece un párrafo aparte. El Sporting acabó en campo rival y fruto de ello llegó la jugada polémica. El defensor del Espanyol despejó con la cabeza a córner y golpeó con la mano a Babin, dejando al central tirado y sangrando en el área. El contacto existió y el balón estaba en disputa, pero el colegiado no señaló penalti ni el del VAR consideró una acción flagrante como para advertir a su colega. Sin pena máxima ni Babin, atendido en la banda, pero con Mariño llegó el saque de esquina. Lo ejecutó en corto Carmona y fue todo un horror. Primero el no colgarlo, después el pasar el balón varías veces, para acabar perdiéndolo y formando una contra que Darder finalizó en el 2-0 a portería vacía.

El Sporting no pudo mostrar su mejor versión en Espanyol, pero hasta el 88 hizo méritos para al menos llevarse un punto. Todo esto, polémica aparte. Los rojiblancos, en no su mejor momento de puntuación, cierra la parte más apretada del calendario en quinta posición con 28 puntos. Ahora dos choques ligueros en casa para cerrar este 2020. El primero, el próximo domingo a las 21h ante el Zaragoza.