El árbitro señaló un penalti inexistente que rectificó el VAR en el minuto 94. El gol de Sangalli significó los tres puntos para el Oviedo, en un partido muy táctico y con pocas ocasiones.

Tres jornadas duró la sequía para el Oviedo que, después de empatar ante Lugo y Alcorcón y perder con el Almería, se reconcilió con la victoria ante un equipo de la zona baja como el Sabadell. El partido estaba marcado en el calendario como clave para ganar y poder marcar distancias con la zona baja y se resolvió gracias a una buena acción en la que intervinieron Nahuel, Mossa y que culminó Sangalli, mediada la segunda mitad. El partido fue muy táctico, con dos equipos que asumieron pocos riesgos, conscientes de la importancia que podría tener cometer un error. El triunfo tuvo suspense -a pesar de que Femenías apenas intervino-, puesto que en el minuto 94 se señaló un penalti inexistente, que el colegiado rectificó gracias al VAR.

Ziganda estaba obligado a recomponer el equipo ante las bajas del sancionado Christian Fernández y de los lesionados Carlos Hernández y Tejera. Grippo, recién recuperado de molestias físicas, viajó a tierras catalanas y participó en los minutos finales. Finalmente el técnico navarro optó por retrasar a Edgar al eje de la zaga, junto a Arribas, e introdujo cinco cambios en el once. Juanjo Nieto, Christian Fernández, Tejera, Borja Sánchez y Blanco Leschuk dejaron su sitio a Mossa, Javi Mier, Jimmy, Samuel Obeng y Riki Rodríguez, que se estrenó como titular después de haber participado únicamente en la primera jornada de liga, cuando jugó los tres últimos minutos de partido ante el Cartagena. Cuatro asturianos formaron parte del once inicial, todos ellos canteranos formados en El Requexón.

El entrenador del Sabadell, Antonio Hidalgo, también movió ficha y realizó tres cambios en el equipo que venció al Tenerife (1-2) el pasado jueves. Comenzaron en el banquillo Undabarrena, Adri Cuevas y Víctor García, y fueron de la partida Óscar Rubio, Ángel y Juan Hernández.

El centrocampismo imperó en una primera parte de dominio alterno y pocas llegadas a los áreas. La principal novedad de los azules estuvo en la medular, con la presencia de dos canteranos como Jimmy y Javi Mier, que rindieron a la altura de lo esperado, a pesar de estar en inferioridad numérica en la parcela central. Sin brillar -como el resto del equipo-, pero sin que se recordase a dos piezas claves como Edgar o Tejera, que lo habían jugado prácticamente todo.

El Oviedo tuvo algo más de posesión, pero adoleció de profundidad y de presencia en el área rival, al igual que el Sabadell. Tan sólo algún tímido acercamiento a balón parado, con Riki Rodríguez como responsable de ejecutar la estrategia, pero sin remate. El canterano actuó como pareja de Obeng, bajó a recibir, aportó dinamismo y dejó algún detalle de su calidad, pero con poco resultado.

Los carbayones combinaban con cierta comodidad hasta que llegaban a la zona de tres cuartos, donde se les apagaban todas las ideas, por falta de desmarques, de intentos en el uno contra uno y de juego asociativo, exhibiendo poca creatividad y también poca calidad. Especialmente el delantero Samuel Obeng -renovado hasta junio de 2023 hace pocos meses-, que se muestra desacertado prácticamente en todos los escenarios del juego -al espacio, disputas, área...-, aunque Ziganda sigue demostrando su confianza en él.  La realidad es que ni Blanco Leschuk, ni Obeng, ni Rodri Ríos le están dando lo que necesita el equipo en ataque. Ya que Mujica no se sabe qué puede o no aportar, puesto que ha jugado poco más de media hora en los diecisiete partidos de liga disputados. Tampoco está siendo regular el rendimiento de los hombres de banda en los últimos partidos, ni de Nahuel, que no parece encontrar con quién asociarse.

La primera parte finalizó sin trabajo para ninguno de los dos cancerberos, que fueron meros espectadores de un juego de posesión por parte y parte, en el que parecían no existir las porterías. La segunda comenzó por los mismos derroteros, sin cambios de futbolistas, ni de propuesta. El Oviedo tenía más la pelota, pero sin profundidad.

El partido estaba para el cero a cero o para el que consiguiese ganar por aburrimiento en una acción aislada, y el gol llegó en el minuto 65, tras un buen pase interior de Nahuel para Mossa, que sorprendió con su incorporación por el centro y dio un pase atrás que no acertó a rematar Obeng en el primer palo y que remachó Sangalli llegando desde atrás en el segundo.

Antonio Hidalgo movió ficha ipsofacto y realizó un triple cambio que, unido a la situación en el marcador, hizo que el Sabadell llevase las riendas del encuentro los últimos veinte minutos. Pero con un juego muy plano, a pesar de alguna acción esporádica de Stoichkov.

Algo más tardó en hacer los cambios Ziganda, que acostumbra a dejarlo para última hora. Riki, que en la segunda parte estuvo menos activo, fue el primer sustituido en detrimento de Rodri Ríos. Los siguientes cambios fueron ya en el 83', cuando retiró a Nahuel y Obeng para dar entrada a Grippo y Borja Sánchez. El suizo, que salía de una lesión, apuntaló la zaga que terminó el partido con tres centrales para defender el marcador.

En el minuto 94 aparecieron los fantasmas. Víctor García se disponía a rematar un balón suelto en el área y Borja Sánchez entró desde el suelo, por detrás, y el colegiado señaló penalti. No hubo contacto y el VAR pudo entrar en juego, el vasco fue a consultar las imágenes y rectificó. Mientras tanto cargó de tarjetas al Sabadell, que protestó vehementemente esta acción.

Pero no hubo sorpresa y el marcador no se movió en los minutos finales -se llegó al 98 y medio de partido-, en los que el Sabadell se mostró incapaz de llegar con claridad al área carbayona, y los tres puntos subieron al casillero de un Oviedo que necesitaba la victoria para aliviar su situación. Los de Ziganda aumentan su colchón sobre la zona de descenso y se sitúan en la decimocuarta posición, con veintidós puntos, a cinco del Rayo Vallecano que es sexto.

La próxima cita del Oviedo será el viernes (21 h.) en el Nuevo Carlos Tartiere, donde recibirán a otro rival de la zona baja como el Tenerife.