Aunque sea una frase hecha, aquello de “los problemas nunca vienen solos” se le puede aplicar al Marino de Luanco. Después de cinco jornadas, con un punto en el casillero, diez goles en contra y esa falta de autoestima, generada por la mala dinámica de resultados, la cuestión solo tenía y tiene una solución: ganar un partido. Este miércoles parecía ser la oportunidad perfecta. Los de Oli Álvarez mandaron en la primera parte y seguían por unos derroteros similares tras el descanso, pero, a la hora de juego, una falta botada por Villarrasa la remató de cabeza el central Miguel Rubio. Un error grande y una penalización irreversible tras ese gol blanquivioleta. El conjunto azul mejoró con respecto a anteriores actuaciones, pero un fallo mayúsculo dio al traste con todo el trabajo.

De inicio, Oli puso en liza al once más o menos esperado, con la variante posicional de utilizar a Lora en el lateral derecho. El de Móstoles jugó en esa posición repetidas veces en el fútbol profesional y solo lo hizo hasta la fecha de manera puntual con los de Luanco. El Valladolid de Javier Baraja pudo utilizar a jugadores que engrosan las convocatorias del primer equipo, caso de Villarrasa. Mikel Carro y Oriol Rey conformaron el doble pivote y Sergio Benito fue el hombre más adelantado.

Todo empezaba bien para el Marino que controló el partido, sin riesgos y con acercamientos al área rival. Michel en disparo fuera, Miguel Prado , Trabanco y Mendi con remates de cabeza y el central Alonso solventado un peligro, con Gaizka superado, hablaban del protagonismo del Marino. El Valladolid Promesas avisó en el 37’ con un lanzamiento de Paulo Vitor que Chechu Grana atrapó en dos tiempos y con un lanzamiento directo de falta a cargo de Zalazar en el 41’.

Los luanquinos estaban defendiendo bien y pudieron adelantarse en el 47’, pero el disparo de Alex Arias pegó en la base del poste. Luis Morán lo intentaba con un disparo desde más de sesenta metros, al ver la posición adelantada de Gaizka y antes de la hora llegó el 0-1. Villarrasa sacó una falta desde la derecha y el central Miguel Rubio ganó por alto y cabeceó el esférico al fondo de la red. Algunos jugadores bajaron la cabeza, repitiendo episodios similares a los goles encajados en Soria, El Requexón, Burgos o en Miramar ante el Lealtad.

El cuadro local había mejorado, pero no lo suficiente y el gol pesó lo suyo. En el 82’ Fran Álvarez pudo lograr el segundo para los pucelanos , pero Guaya salvó en el segundo palo. Al Marino le tocaba la “heroica” y el empate pudo llegar incluso en el tiempo añadido. Luis Morán botó una falta, Gaizka rechazó en una buena intervención y Enol Rodríguez no acertó a perfilarse para el remate.

El Valladolid Promesas se llevó un premio, aparentemente excesivo de Luanco y ahora comparte liderato con el Unión Popular de Langreo quienes precisamente visitarán Miramar, el próximo domingo a las 17 horas. El Marino volverá a actuar como local, soñando con ese primer triunfo de la temporada.

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