Esta tarde ocurrió un suceso totalmente inusual en
un campo de fútbol sintético. Sucedió en el Vallobín
- Covadonga, de Liga Nacional, cuando el jugador
visitante, Pelayo Avanzini, lanzó un penalti en el
que se resbaló cuando golpeó el balón, al estar
suelto un tapín del césped sintético de algo más de
un metro cuadrado.
El penalti fue alto, no fue repetido y se siguió
jugando el partido con normalidad, que acabó con un
emocionante 3-3, pero la anécdota fue un lanzamiento
fallado que pudo originar la lesión de un jugador.
Probabilidad que aumenta para los del Vallobín, que
entrenan frecuentemente en un sintético en el que no
debería estar permitida la práctica del fútbol.
El Club Deportivo Vallobín, titular de las
instalaciones que son propiedad del Principado de
Asturias, se siente abandonado. El Principado no
atiende las demandas del club ovetense y quiere
trasladar la instalación al Ayuntamiento de Oviedo,
que se niega a recepcionarlas en esas condiciones.
Trece años tiene el césped sintético de Vallobín,
que lo convierten en uno de los más antiguos de
Asturias. El Vallobín, uno de los
modestos de Tercera, pudo rehabilitar los
vestuarios, banquillos, focos... gracias a la
inversión propia del club.