Los gijoneses doblegaron al Oviedo en un partido de dominio carbayón. El buen trabajo defensivo del Arenal y el acierto en ataque les permitió derrotar a uno de los favoritos.

El Arenal sigue inexpugnable en El Tragamón, donde ya derrotó en la primera jornada de liga al Sporting. Los gijoneses tiraron de orden defensivo, trabajo y acierto en las áreas, para vencer a un Oviedo que dominó todo el partido, pero sin remate.

El encuentro fue un monólogo azul. Los carbayones, que llegaban a la cita como colíderes -empatados con el Racing, que esta mañana perdió con el Marina Sport- dominaron el encuentro, jugando con las líneas muy adelantadas y combinando en campo contrario, ante un Arenal que defendía cerca de su área, con muchos hombres, formando una telaraña que no pudo penetrar el conjunto oviedista.

Tuvo muy claro su plan de partido el Oviedo, que consistió en abrir campo y buscar centros laterales, pero la superioridad numérica permitió al Arenal defender con comodidad. Tanto fue así, que la mejor ocasión fue un testarazo de Samu, tras el saque de una falta, que blocó Sergio en una buena estirada. La réplica del Arenal, en una de las pocas ocasiones que pisó el área oviedista, fue en el minuto 39, tras un centro de Pelayo desde la derecha que cabeceó blando Mesa en el segundo palo.

La segunda parte tuvo el mismo guion que la primera. El Oviedo salió dominador y el Arenal defendía con comodidad sus ataques, que principalmente eran centros de los laterales Izan y Gabri, que surtieron numerosos balones al área, aunque sin acierto rematador por parte del equipo azul. Los que sí acertaron fueron Pelayo y Montequín -que durante el partido intercambió su posición con Erasmo-, el central recuperó en el costado derecho, avanzó con el balón y sirvió un gran pase a su compañero, que penetró en el área y fusiló a Miguel, que poco pudo hacer para evitar el 1-0.

Con el resultado en contra, Jorge Menéndez movió ficha y dio entrada a dos hombres de ataque como Ettienne Eto'o y Nico. Los azules bascularon su juego a la banda derecha, por donde entraron en decenas de ocasiones, con multitud de centros al área que una veces despejó la zaga local y otras se pasearon sin rematador, pero Sergio vivió un partido bastante tranquilo, a pesar de desarrollarse en buena parte cerca de su área.

La sentencia del Arenal fue obra del recién entrado Christian, que remató a la red un buen centro de Flores, desde la izquierda. Un gol que ya tenía sabor a victoria para los gijoneses, que trabajaron hasta el final para mantener su portería a cero, ante un Oviedo que no cesó en su empeño.

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