El Sporting cuajó un gran partido, fue superior hasta que se quedó con diez y supo sufrir hasta el último minuto. Incluso llegó a adelantarse en inferioridad numérica. El VAR protagonista con una roja a Carmona y un penalti no pitado al Rayo. El conjunto gijonés bordeó la alineación indebida.

Más no se le puede pedir al Sporting. Hoy fue mejor que su rival y no ganó por un golazo de Andrés Martín. Con cinco bajas y un once que incluía seis canteranos, sometió por momentos al Rayo. La expulsión de Carmona, evitable y justa, le puso contra las cuerdas, pero aún con diez se adelantó en el marcador y solo un soberbio tanto visitante impidió llevarse la victoria.

Acertó David Gallego con el planteamiento, situando a Nacho Méndez en banda derecha, con un doble pivote posicional y sobrio, un Pedro Díaz liderando las tentativas y un Aitor García sensacional. La lesión del centrocampista luanquín y la posterior lesión de Carmona variaron un rumbo que era claramente favorable a los locales.

Los inicios de cada mitad fueron del Sporting. Presión alta, robos continuos y juego vertical. Solo el acierto en el remate impidió infligir el castigo del gol, que por posicionamiento y méritos demandaba. Los vallecanos más diésel, fueron de menos a más en el primer tiempo, y en el segundo la expulsión de Carmona provocó que así fuera.

Guille Rosas en la primera mitad y Aitor García en la segunda, fueron los puñales de un equipo atrevido, valiente y ofensivo. El onubense se reencontró con su mejor versión y dejó un regate para el recuerdo a Velázquez en la banda, cuyo centro al área fue despejado. El partido tuvo su punto de inflexión con la lesión de Nacho Méndez. El luanquín estaba cuajando el mejor partido del curso y su problema muscular fue un jarro de agua fría. El canterano se marchó llorando, desconsolado porque también sabía de la oportunidad que se le presentaba en la noche de hoy. Le suplió Carmona, que duró 6 minutos en el terreno de juego. El balear perdió un balón y en su ímpetu por recuperarlo, pisó por detrás al rival, a la altura del gemelo en la divisoria de ambos terrenos de juego. El árbitro le mostró la amarilla, pero el VAR corrigió expulsándole directamente. Acertó la tecnología.